Sabrina Rojas estalló ante una crítica que la calificó de “regalada”, un término que ella interpretó como una manifestación de machismo. La conductora no se quedó callada y respondió con firmeza, señalando que ese tipo de calificativos no son inocentes sino que esconden prejuicios antiguos. Todo comenzó cuando le hicieron una entrevista en el after party de los Premios Martín Fierro 2025, ya que se dijo que habría pasado la noche con Martín Salwe.
Durante su descargo en las redes sociales, Sabrina Rojas señaló que la insistencia en encasillar a mujeres en roles de “fáciles” o “accesibles” no solo la afecta a ella, sino que reproduce un patrón cultural dañino. Afirmó que el esfuerzo, la trayectoria y la vocación detrás de su trabajo deben ser considerados, y no solo su imagen.
Es de mencionar que el episodio se viralizó cuando el portal de Instagram, Coherencia Por Favor, publicó la frase ofensiva: “Sabrina Rojas tiene un moño en la cabeza” generando miles de reacciones a favor y en contra. Ante semejante escándalo, Rojas aprovechó la exposición para hablar de los recortes que pesan sobre las mujeres en los medios: “Cuánto cuesta que me juzguen por lo que hago, no por cómo me ven”, expresó.
Para la conductora, la palabra “regalada” no fue un simple insulto, sino un síntoma de “un nivel de machismo peligroso”. Además, rechazó que su carácter, decisiones y logros queden minimizados por etiquetas que favorecen una mirada superficial y sexista. “¿Perdón? Estoy poniéndole onda a dos pibes talentosos que se merecen una nota divertida. Y si me hubiese gustado alguno, o los dos juntos, ¿en serio yo tengo un moño? ¿Y si la situación es al revés? El tipo seguro que sería un genio, ¿no? ¡Por favor, coherencia!”
Por otro lado, Sabrina Rojas lo resumió así: “Cuando me tildan, también me intentan borrar”. Y remató: “Varias cosas por este título ‘Sabrina tiene un moño en la cabeza’. O es mala leche o es una grave falta de interpretación o peor aún, si interpretó mal, es peligroso el nivel de machismo”.
Finalmente, el enojo de Sabrina Rojas no fue sólo por la frase puntal, sino por lo que representa: una lucha contra que se encasillen a las mujeres a estereotipos que no condicen con sus trayectorias. Por lo que cerró su descargo: “El que me da un beso es uno de ellos, ¿y yo tengo un moño”.
