La fundadora de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, analizó los recientes cambios en el gabinete dispuestos por el presidente Javier Milei tras el triunfo oficialista en las elecciones de medio término. En diálogo con Radio Del Plata, la histórica dirigente ofreció una mirada crítica pero conciliadora sobre el nuevo esquema de poder y las designaciones que marcaron un nuevo equilibrio dentro del Gobierno.
Fiel a su estilo, Carrió sostuvo que el mandatario “tiene derecho” a elegir a su equipo y pidió evitar cuestionamientos prematuros.
“Nadie tiene que cuestionar la conformación del gabinete. Milei tiene el derecho de armar su equipo. El Presidente ha ganado las elecciones y tiene que organizar su gobierno como quiera. Tiene seis meses para conseguir resultados.”
Sin embargo, la exdiputada lamentó la salida de Guillermo Francos, hasta hace pocos días jefe de Gabinete, a quien definió como “la figura más sensata” dentro del oficialismo libertario.
“Lamento muchísimo porque la figura de Francos era la única sensata del gabinete. Le había mandado una carta documento para que libere las partidas al Garrahan y a las personas con discapacidad, y él lo hizo el día viernes previo a las elecciones.”
Carrió también reflexionó sobre la percepción social de la corrupción en la Argentina, marcando distancia de las reacciones coyunturales.
“Las denuncias contra la corrupción la sociedad no las mira, sino 15 años después. Eso ya me pasó con Cristina. Así es Argentina, por eso los quiero, aunque no me voten. Uno, cuando tiene convicciones, está más allá de los avatares de la opinión pública.”
En cuanto a la designación de Diego Santilli como nuevo ministro del Interior, la referente de la Coalición Cívica se mostró cercana y elogiosa, aunque no perdió su toque de humor político.
“Santilli es una persona que quiero, igual que Patricia Bullrich. Se va a llevar bien con todos, es una persona cariñosa. No le hablo más porque me va a querer convencer de que sea de La Libertad Avanza.”
Con su habitual franqueza, Carrió se mostró crítica pero comprensiva con los nuevos movimientos dentro del oficialismo, dejando entrever que, a pesar de las diferencias, reconoce el liderazgo presidencial y apuesta por la gobernabilidad.
