Mario Pergolini vivió una jornada de gloria después del Superclásico que paralizó al país. El histórico conductor radial y reconocido hincha de Boca apareció este lunes en su programa Otro día perdido con un nivel de felicidad récord: 65% según el “medidor de ánimo” interno del ciclo, la cifra más alta del año. La razón era más que evidente: Boca había “bailado” a River en la Bombonera, y Pergolini no pensaba disimular su alegría por nada del mundo.
La felicidad de Mario Pergolini
El ex CQC fue visto en las tribunas durante el partido, mezclado entre la platea y los palcos VIP, donde coincidió con otras figuras del espectáculo. En las imágenes televisivas se lo notó exultante, luciendo una remera blanca con el escudo argentino estampado en el pecho, un detalle que no pasó inadvertido y terminó desatando una inesperada polémica política en redes sociales.
Apenas terminó el partido, usuarios en X (ex Twitter) comenzaron a acusarlo de “peronista” por usar un símbolo patrio que, según muchos, fue “apropiado” históricamente por sectores del peronismo. Lejos de dejar pasar el comentario, Pergolini salió al cruce con su clásico tono irónico y filoso: “Es el escudo argentino, no es el escudo peronista. Lamento que se lo hayan apropiado, pero no, mi mamá me mata si soy peronista”, aclaró entre risas.
Alguien está un poquito contento.
— OTRO DÍA PERDIDO (@otrodiaperdidok) November 11, 2025
Arrancó #OtroDiaPerdido a puro goce ? pic.twitter.com/oYv54OwbXu
La frase se volvió viral y multiplicó los comentarios. Mientras algunos celebraban su sinceridad, otros lo tildaban de “provocador serial”. Pero nada de eso logró opacar su felicidad futbolera. En plena transmisión, el conductor se burló abiertamente de los hinchas de River, lanzando frases como: “Jugamos con altura, los bailamos… ¡les arruinamos la vida! Los escuché hablar tanto, tanto… y ahora no van a la Libertadores. Qué feo”.
Aun así, Pergolini dejó espacio para la autocrítica. “Está buenísimo ganarle al clásico rival, pero ahora hay que ganar algo. Títulos, copas, lo que sea”, reflexionó, dejando en claro que su amor por Boca no le impide ver la realidad deportiva. El programa cerró entre risas, gastadas y una certeza.
