River avanza a paso firme hacia un 2026 que promete ser un quiebre total en la estructura del plantel. Con el último tramo del año en marcha y la obligación de pelear los playoffs como única vía hacia la Copa Libertadores, Marcelo Gallardo comenzó a delinear un mapa que incluye altas, bajas y una depuración que apunta directamente a nombres de peso dentro del vestuario.
La reorganización no se limitará a quienes terminan contrato. En la carpeta también aparecen futbolistas con vínculo vigente que pasaron a ser considerados “transferibles” por motivos deportivos, económicos y de rendimiento reciente. Entre ellos figuran Paulo Díaz, Agustín Bustos y Facundo Colidio, tres casos que el club evalúa seriamente ante posibles ofertas durante el próximo mercado.
Una lista de salidas que empieza a tomar forma
En paralelo a las desvinculaciones ya previstas —entre ellas las de Federico Gattoni, Milton Casco, Enzo Pérez (aún en análisis), Nacho Fernández, Pity Martínez y Miguel Borja— la dirigencia incluyó a otros jugadores en una suerte de “vidriera”. La idea es abrir camino a nuevas incorporaciones y, al mismo tiempo, generar recursos que permitan encarar refuerzos de jerarquía.
Dentro de ese grupo aparece Paulo Díaz, cuyo presente quedó en el centro de la escena tras una serie de actuaciones irregulares. Su rendimiento en el Superclásico volvió a exponer falencias y lo dejó en la mira del cuerpo técnico. “Si llega una propuesta convincente, se analizará sin dudar”, repiten cerca del Monumental, pese a que su vínculo se extiende hasta 2027.
En el caso de Bustos, la situación tomó otro rumbo por cuestiones físicas. El lateral sufrió un desgarro en el gemelo que prácticamente lo deja sin actividad en lo que resta del año. Con la aparición de Gonzalo Montiel y la falta de minutos sostenidos, ambas partes coinciden en que un cambio de aire en 2026 sería lo más saludable para su carrera.
Colidio, de apuesta a interrogante
El delantero que llegó con expectativas altas vivió una temporada llena de altibajos. Las lesiones, la indefinición táctica y la dificultad para sostener actuaciones a la altura lo colocaron en una situación inesperada. Hoy, dentro del club se lo observa con lupa y su nombre integra el grupo de jugadores catalogados como “vendibles”. Todo esto pese a haber renovado hace apenas unos meses por cinco años más, con una cláusula que superó los 100 millones de dólares.
Mientras tanto, Gallardo ya trazó las líneas maestras de lo que pretende reforzar para el siguiente ciclo. Sin dar nombres —algo lógico en un cierre de año repleto de partidos clave— el técnico dejó claro que la reconstrucción arrancará por cuatro puestos claves: un volante central, un lateral izquierdo, un mediapunta y un delantero. Y si Bustos se marcha, se sumará también un lateral derecho, donde Kevin Amaro, del Liverpool de Uruguay, es uno de los apuntados.
De este modo, River entra en semanas decisivas que marcarán el futuro inmediato del equipo. Las decisiones ya están encaminadas y la depuración promete ser uno de los temas fuertes del mercado. Todo para poder pelear el Torneo Clausura en su fase final.
