La eliminación de Racing ante Flamengo en la Copa Libertadores no solo dejó un golpe deportivo, sino también una pregunta inevitable sobre el futuro de Gustavo Costas. Con contrato hasta fin de año, la continuidad del técnico era una incógnita, aunque en las últimas horas el panorama comenzó a aclararse.
Costas ya tomó su decisión
El presidente Diego Milito confirmó públicamente que el club quiere que el entrenador siga al mando del equipo. “Estamos muy contentos con nuestro entrenador y le hemos ofrecido continuar un año más. No nos conformamos, pero estamos muy satisfechos”, aseguró el dirigente, dejando entrever que el ciclo Costas está lejos de terminar.
Por su parte, el técnico agradeció el respaldo, pero también marcó su postura: “Ahora tenemos que poner la vara más alta”, expresó en conferencia de prensa, dejando en claro que no se conforma con lo hecho hasta ahora y que pretende un salto de calidad en el proyecto deportivo.
La exigencia que puso sobre la mesa
Según reveló el periodista Tomás Dávila (ESPN), Costas ya decidió continuar en Racing en 2026, pero lo hará solo si se cumple una condición clave: mejorar el plantel. El DT pidió a la dirigencia un mercado de pases con refuerzos de jerarquía y que no le desarmen la base del equipo actual, algo que ya le había generado malestar en el pasado con la salida de Maxi Salas a River.
Para el entrenador, la Academia necesita dar un salto de calidad si quiere volver a competir de igual a igual con los grandes de Sudamérica. En ese sentido, considera prioritario reforzar el mediocampo y la defensa con futbolistas de experiencia internacional.
El futuro inmediato de Racing
Mientras tanto, el club de Avellaneda busca cerrar el año de la mejor manera, peleando el Torneo Clausura hasta el final y apuntando a una clasificación a la próxima Copa Libertadores. Una vez definidos esos objetivos, se formalizará la renovación del DT, que salvo imprevistos, seguirá en el banco durante el 2026.
La continuidad de Costas representa estabilidad y un proyecto a largo plazo, pero también una advertencia a la dirigencia: sin inversión, no hay futuro.
