La discusión por la reforma laboral vuelve a exponer tensiones entre el Gobierno y la cúpula sindical. Mientras el Ejecutivo avanza en el diseño final de su proyecto para enviarlo al Congreso, desde la CGT insistieron en que todavía no fueron convocados a una mesa de discusión y advirtieron que sin consenso “se pone en riesgo la legitimidad” de cualquier iniciativa.
Jorge Sola, flamante integrante del triunvirato que conduce la central obrera, afirmó que la prioridad debería ser una reforma tributaria antes que modificar las leyes laborales. Según su postura, las PyME están ahogadas por impuestos nacionales, provinciales y municipales que, asegura, pueden representar hasta el 40% de sus ventas.
“El costo del trabajador es su salario. Si queremos fomentar la inversión, el primer paso es ordenar la presión fiscal”, planteó en Radio Rivadavia, insistiendo en que el Gobierno estaría “invirtiendo el orden de prioridades”.
Pese a esto, Sola reconoció que no existe todavía un proyecto formal, sino solamente “trascendidos”, y denunció que ni empleadores ni trabajadores fueron consultados en una instancia institucional.
Reclamo de participación y advertencias internas
El dirigente sostuvo que la CGT permanece en alerta ante la posibilidad de que el oficialismo impulse la reforma sin la intervención de los sectores involucrados. Argumentó que una ley general aplicada a todas las actividades sería un error, y remarcó que cada sector productivo tiene dinámicas distintas.
Para ejemplificarlo, mencionó que en servicios la jornada semanal se organiza con turnos de siete horas, mientras que en minería se trabaja en ciclos de quince días consecutivos. “Si se discute todo bajo una única lógica, nos equivocamos”, apuntó.
Convenios, modernización y el rol estatal
Sola aseguró que muchos convenios ya incorporaron cambios relevantes, como teletrabajo o nuevas tecnologías. Citó el caso del sector de seguros, donde la inteligencia artificial ya comenzó a ser parte de las tareas cotidianas. Según él, la modernización “ya está ocurriendo por actividad”, por lo que una reforma general resulta innecesaria.
Además, pidió que el Estado participe de la discusión “de manera inteligente y eficaz, no burocrática”, marcando una posición crítica respecto de procesos parlamentarios en los que, según dijo, la presencia sindical suele ser “meramente formal”.
Tiempos legislativos y acusaciones preventivas
El Gobierno podría presentar la reforma en febrero, durante las sesiones extraordinarias. Para la CGT, ese plazo no debería acelerar los tiempos de trabajo político ni cerrar el debate a los sectores productivos y laborales. “Una comisión parlamentaria no reemplaza una mesa real de negociación”, remarcó Sola.
También insistió en que los convenios ya se modificaron en sectores como transporte y puertos. Y cuestionó que se repita el argumento de que las leyes vigentes están “congeladas en el pasado”.
Empleo, cierre de empresas y litigiosidad
El dirigente cegetista aprovechó la entrevista para remarcar la crisis laboral que dejó el gobierno anterior: 15 años de estancamiento del empleo privado y la pérdida de 250 mil puestos de trabajo en los últimos dos años, equivalente —según describió— al cierre de 18 mil PyME.
Respecto de los juicios laborales, afirmó que la litigiosidad se resolvería con el cumplimiento de la ley y que el trabajo no registrado es un delito. Sin embargo, admitió que los procesos judiciales largos afectan tanto a empresas como a trabajadores. Sobre todo en las pequeñas firmas que pueden desaparecer antes de obtener sentencia.
Financiamiento sindical y debate por aportes
Consultado por la posibilidad de limitar los aportes obligatorios a los sindicatos, Sola denunció que existen declaraciones oficiales que apuntan, según su visión, a “debilitar” la representación gremial. Argumentó que cualquier reforma en ese sentido sería inconstitucional por vulnerar la libertad sindical garantizada en el Pacto de San José de Costa Rica.
Sobre la afiliación, aclaró que es voluntaria y que la cuota solo corresponde a quienes forman parte del sindicato.
Al cierre, Sola subrayó que la central obrera llega “fortalecida en la unidad” frente a un debate que considera clave para su futuro. Mientras tanto, el Gobierno continúa avanzando en su agenda de reformas estructurales. Y con la convicción de que la modernización del mercado laboral es indispensable para atraer inversiones. Además de reducir costos y volver a generar empleo privado.
