El ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, cuestionó el paro realizado por los miembros de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) por desconocer los detalles de la reforma laboral que impulsa el gobierno de Javier Milei. Según detalló, el proyecto de reforma laboral «estará destinado para el sector privado, por lo que no afectará a los empleados públicos».
En diálogo con La Nación+, Sturzenegger aseguró que los miembros de ATE «se movilizaron ante la nada». «Protestaron por protestar, no conocen los detalles. El Gobierno ni siquiera presentó la reforma«, subrayó el ministro.
En este sentido, indicó que el objetivo principal de la «modernización» laboral, como él prefiere llamarla, es «generar más empleo y que la gente gane más». «Hace 10 años que no se crea empleo formal, necesitamos más empleo», enfatizó.
Los pilares de la reforma
Si bien el Gobierno Nacional todavía trabaja en la letra chica del proyecto, ya definió algunos de sus puntos principales para poder presentar sus intenciones a los gobernadores y otros sectores para negociar. Entre estos puntos, Sturzenegger rescató la simplificación de «la industria del juicio y registración laboral«; para el ministro, la intención es «bajar la incertidumbre que enfrentan los empleadores al momento de contratar por las posibles contingencias legales de una contratación».
Otro apartado destacado son los convenios colectivos de trabajo. «Hay algunos que se mantienen desde los ’70, donde hay un bloqueo. Si todas las partes (empresarios, sindicalistas y trabajadores) deciden quedarse como están, van a poder hacerlo», aseguró. El último punto que el ministro rescató es la «prelación«, relativo al convenio colectivo que prevalece. «En Argentina se negocia para todo el país desde Buenos Aires, pero el territorio tiene diversidad de condiciones», señaló y explicó que la propuesta busca que los convenios puedan dividirse por región, rubro o empresa.
La importancia del sindicalismo
A pesar de las repetidas críticas al sindicalismo, Sturzenegger reconoció la importancia de los gremios y los sistemas de afiliación, aunque criticó las contribuciones que los trabajadores deben pagar para poder afiliarse. «Es importante que, al cambiar el orden de prelación, se genere en toda la cadena mayor flexibilidad», afirmó.
«Lo llamo ‘el carancheo de la relación laboral’, hay mucha gente que cobra por una relación de trabajo. Primero, el Estado cobra impuestos, el sindicato una cuota o comisión por negociar los convenios colectivos. A veces también lo hacen las cámaras de comercio. Todo esto genera una capa de costos que, si podemos eliminar, podría subir el salario. Si logramos que sea menor, la plata del bolsillo sube», celebró.
