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ECONOMÍA

La industria pide definiciones y crédito: qué esperan los empresarios tras las elecciones

 

Con menor tasa, dólar estable y reformas en debate, el sector reclama financiamiento y protección frente a importaciones.

 
Industria

La industria argentina observa con atención el nuevo escenario político tras el resultado de las elecciones legislativas, que consolidó el liderazgo de Javier Milei y dio señales de estabilidad institucional. Luego de varios meses de freno en la actividad, caída del consumo interno y pérdida de empleo registrado, el sector productivo se muestra prudente pero esperanzado en que se abra un ciclo de mayor previsibilidad económica.

Las recientes decisiones del equipo económico —entre ellas, la reducción de tasas de interés, la confirmación de un tipo de cambio estable en torno a los $1.500 y los acuerdos políticos que permiten avanzar con reformas estructurales en el Congreso— generaron un clima más favorable entre los industriales, que ven en estas medidas una oportunidad para recuperar la confianza y reactivar la producción.

Reacciones empresariales y postura de la UIA

En el primer encuentro poscomicios, representantes de la Unión Industrial Argentina (UIA) analizaron el panorama político y coincidieron en que el resultado electoral refleja “un respaldo de la sociedad al presidente Javier Milei y a la necesidad de fortalecer la estabilidad y bajar la inflación”.

En un comunicado, la central fabril pidió “impulsar una agenda de competitividad” que permita a la industria “competir con el resto del mundo en igualdad de condiciones”. Entre los temas prioritarios, ubicó la modernización laboral y la reforma tributaria, además de reclamar una reducción más profunda de las tasas de interés y políticas activas para estimular el crédito al consumo y a las pymes.

Créditos, tasas e informalidad

La UIA advirtió que el costo del financiamiento sigue siendo una traba para el desarrollo productivo y alertó sobre el aumento del contrabando y la competencia desleal, que “agravan la informalidad y erosionan la competitividad de las empresas formales”. Aun así, valoró la señal de una tasa de adelantos diarios que ya se redujo en algunos casos a niveles cercanos al 60%, producto de la liberación de pesos tras el ajuste de los encajes bancarios.

Para el sector, el desafío consiste en lograr que la baja de tasas se traduzca efectivamente en crédito productivo. “Las pymes necesitan financiamiento accesible para sostener empleo y capital de trabajo. Sin eso, la recuperación no va a despegar”, coincidieron varios empresarios consultados.

Paolo Rocca: “Es un punto de inflexión para la actividad”

Desde Luxemburgo, el CEO del grupo Techint, Paolo Rocca, interpretó los resultados electorales como “un punto de inflexión para estimular el nivel de actividad”. Según el empresario, la victoria oficialista “modificó la percepción del mercado sobre la sostenibilidad y la capacidad del Gobierno para continuar con el plan de transformación del país”.

Rocca señaló que el respaldo financiero de Estados Unidos fue clave para revertir la visión de la comunidad inversora. “Esa combinación cambió la lectura del mercado y ya se refleja en la suba del 30% del Merval y la baja de casi 400 puntos en el riesgo país”, explicó.

Perspectivas para el sector energético

El industrial proyectó un mayor acceso al financiamiento externo, especialmente para el sector energético. “El acceso al financiamiento de las compañías petroleras estimulará la inversión. En los últimos seis meses, las restricciones financieras condicionaron los nuevos proyectos que podrían desarrollarse en los próximos dos o tres años”, indicó.

Rocca anticipó además que la actividad en Vaca Muerta podría repuntar desde el primer trimestre de 2026. Con más equipos de perforación y el avance de proyectos de gas natural licuado (GNL). Según su visión, la mejora del contexto financiero y la estabilidad cambiaria son condiciones necesarias para sostener esa expansión.

La mirada de las pymes metalmecánicas

Desde la metalmecánica, el presidente de Adimra, Elio del Re, describió la situación como “un momento complejo”. Y advirtió que el repunte dependerá de las próximas decisiones del Ejecutivo. “Necesitamos ver hacia dónde apuntará la política económica: si habrá incentivos al consumo o algún inicio de obra pública, porque son motores que traccionan la actividad”, afirmó.

El dirigente también alertó sobre el impacto de las importaciones: “Las compras externas crecen al 5% mensual. Lo que equivale a un aumento del 60% interanual. Sin una política de administración comercial, no hay tasa que resuelva el problema de China”.

Desafíos estructurales y señales del mercado

En la UIA reconocen que la recuperación será gradual, aunque valoran que el Gobierno haya recuperado gobernabilidad política y mejorado su relación con los mercados internacionales. “El apoyo de Estados Unidos fortalece las reservas, pero el relanzamiento de la economía dependerá del equilibrio entre apertura y protección de sectores sensibles”, señalaron.

Los industriales insisten en que la secuencia de reformas será clave: primero la laboral y la tributaria, antes de avanzar hacia una mayor apertura comercial. También reclaman un tipo de cambio competitivo y una tasa de interés cercana al 30% anual para reactivar el crédito a pymes y consumo interno.

Competitividad regional y presión impositiva

Desde Mendoza, el empresario Mauricio Badaloni, presidente del grupo Andesmar y protesorero de la UIA, consideró que el país atraviesa “un marco de oportunidad” impulsado por el interés global en energía y minería, aunque advirtió sobre los altos costos internos. “Más del 40% de nuestros costos son impuestos. Producimos kilómetros en Chile y en Argentina, y acá no sólo son más caras las unidades, sino que los créditos son caros y lentos. La nivelación de la cancha es nuestro principal desafío”, explicó.

Badaloni sostuvo que el sector privado mantiene una mirada optimista, pero pidió que las reformas “se concreten cuanto antes”. Y así evitar que el ingreso de productos importados afecte la producción nacional. “El cambio de expectativas no alcanza si no llega a la economía real”, resumió.