Desde que llegó al país para participar en MasterChef Celebrity (Telefe), Maxi López mostró una faceta completamente nueva: relajado frente a las cámaras, haciendo challenges de TikTok y compartiendo salidas con sus compañeros del reality. En medio de este nuevo presente, el exfutbolista visitó Sería Increíble (Olga) y habló sin filtros sobre su vínculo actual con Wanda Nara, con quien durante años protagonizó una fuerte guerra mediática.
Al inicio de la charla, Maxi se refirió al clima en el programa de cocina: “Ellos imponen mucho respeto”, dijo sobre los jurados. “Al principio me cagaba un poco, pero después me fui soltando. Cuando Wanda me ataca, yo voy. Veo sangre, bandera roja…”, bromeó.
El vínculo de Maxi López y Wanda Nara
Esa dinámica, explicó, tiene historia: “Nosotros siempre fuimos así, ida y vuelta, ida y vuelta. Eso fue lo que en aquel momento nos atrajo uno del otro. Hoy lo vivimos de otra manera: padres separados que quieren hacer las cosas bien y disfrutar a los chicos. Y está bien.”
Cuando Homero Pettinato le preguntó si la consideraba una amiga, Maxi fue honesto: “Me parece un montón decir amistad. Hay buena onda, predisposición. Pero más como padre y madre separados que quieren hacer las cosas mejor de lo que hicimos antes.”
Maxi contó que su vínculo con Wanda atraviesa un buen momento: “Estamos bien. Es un partido difícil, pero estamos saliendo. Tenemos buena relación y eso está bueno para nosotros y para los peques también.” También compartió anécdotas cotidianas con sus hijos: “Anoche el más grande me dijo: ‘Papá, quiero dormir con vos’. Lo agarro y nos vamos. El otro día me llamó el más chiquito: ‘Vamos a comer algo’. Esa dinámica me encanta.”
En el programa, Nati Jota recordó los años más turbulentos, cuando las disputas por la custodia eran noticia constante. Maxi coincidió: “Literal, se decía ‘se los robó’. Hoy es otra cosa. Esta dinámica me gusta, poder disfrutar de ellos, sí.” El exfutbolista también habló de cómo cambió la comunicación familiar a medida que los chicos crecieron: “Cuando eran chicos, evitaba decir ciertas cosas. Pero hoy, que ya te encaran, se charla todo. Gracias a Dios, no me reclaman ni me pasan factura. Siempre traté de no hablar mal de la madre, porque siempre va a ser la madre. Y eso me llevó un tiempo entenderlo.”
