Mauricio Macri sobre su libro: la relación con Franco y episodios desconocidos de su vida

Mauricio Macri sorprendió al hablar sin filtros de su vínculo con Franco Macri, en el marco de la presentación de su nuevo libro «Franco». El expresidente reconstruyó una relación marcada por la admiración, el conflicto y episodios traumáticos, como su secuestro en 1991. En esa línea, detalló memorias de su infancia, tensiones dentro del Grupo Macri y los últimos diálogos con su padre, según relató en una entrevista con Luciana Geuna.

Desde el inicio, Macri describió un vínculo intenso. Relató imágenes de su niñez en las obras y en la oficina familiar. Subrayó la mirada especial que su padre tenía sobre él por ser el primogénito. En ese sentido, recordó que para Franco “era yo y el resto del mundo”. De esa manera explicó una relación dual. Por momentos, cercana y formativa. Por otros, exigente y opresiva.

Ese equilibrio comenzó a romperse cuando, con 26 años, fue nombrado gerente general. Allí, según dijo, surgieron los primeros choques serios. Le presentó a su padre ideas para modernizar la empresa. Ante esas propuestas, Franco reaccionó con dureza. Macri afirmó que desde entonces comenzaron los boicots internos y una presión que se volvió “insostenible”. Aunque no hubo agresiones físicas, relató episodios de gritos y manipulaciones que definió como “violencia psicológica”.

Otro momento crítico fue cuando Franco lo acusó públicamente de haberle “sacado la empresa”. Macri recordó que esa acusación se produjo mientras él era jefe de Gobierno. Consultó a un psiquiatra sobre el comportamiento de su padre. Allí se enteró de un proceso de deterioro cognitivo que desconocía.

Un vínculo marcado por los extremos

Macri explicó que su relación con Franco siempre tuvo dos caras. Por un lado, la admiración por su capacidad empresarial. Por otro, la dureza de convivir con alguien que podía pasar del elogio al destrato en instantes. Señaló que Franco solía sobreactuar amabilidad frente a terceros, lo que hacía que su propio malestar quedara invisibilizado.

El expresidente también reconstruyó su última conversación con su padre. Relató un pedido desesperado de Franco, ya inmóvil y en un estado avanzado de deterioro. “Sacame de este mundo”, dijo. Macri respondió que no podía hacerlo. Detalló que la situación derivó en un estallido emocional y que, tras aquel día, su padre “nunca más se conectó”.

Contó además que no lloró en el funeral. Pero sí lo hizo años después, al finalizar la lectura de la última versión del libro. Afirmó que aquella conmoción fue una especie de cierre emocional, un punto final en un vínculo donde “se dijeron todo, para bien y para mal”.

El secuestro que marcó un antes y un después

La entrevista también profundizó en el secuestro que sufrió en 1991. Macri relató los 14 días que pasó encadenado en una caja. Confesó que fue un momento límite que lo llevó a replantearse su identidad y su futuro. Bajo ese marco, tomó la decisión de alejarse del grupo familiar. Aseguró que aquella experiencia lo fortaleció, aunque le dejó ansiedades con las que aún convive.

El exmandatario describió la relación particular que estableció con uno de sus captores. Reveló conversaciones nocturnas y la confesión de que el grupo debatía si debía matarlo. Señaló que quizás salvó su vida el hecho de que ese captor era hincha de Boca. “No voy a dejar que maten al futuro presidente de Boca”, recordó que le dijo.

Tras la liberación decidió apartarse del entorno de su padre. Primero se distanció de la empresa. Más tarde eligió Boca Juniors como su nuevo camino. Contó que esa decisión incrementó los enojos de Franco y aceleró un enfrentamiento abierto.

La historia completa, según dijo, no busca revanchas. Macri afirmó que el libro nace de la admiración por un hombre al que calificó como “único en la historia empresarial argentina”. Aunque reconoció el dolor que generó la relación, aseguró que logró hacer las paces con su pasado.