Mario Pergolini fue sorprendido por un relato tan ítimo como contundente de Carmen Maura, su entrevistada en Otro Día Perdido. La invitada habló del franquismo, del sexo, del paso del tiempo y de por qué nunca se tocó la cara.Fiel a su estilo frontal, la musa de Pedro Almodóvar no esquivó ningún tema: habló de los mandatos de su juventud, del peso del franquismo, de la maternidad temprana y de su rechazo absoluto a las cirugías estéticas.
La frase que dejó boquiabierto a Mario Pergolini
“Con veinte me casé. No, no me lo preguntaron mucho, pero me casé y eché el primer polvo. Y me quedé preñada”, lanzó, sin filtros, dejando al conductor y a la audiencia mudos. La actriz recordó cómo las mujeres vivían bajo la presión de casarse y tener hijos, sin margen para decidir. “Nadie me preguntó si quería tener hijos o no. Eso ahora las chicas se lo pueden pensar”, reflexionó.
Maura también habló de los años oscuros del franquismo y del contraste que significó vivir la llegada de la democracia: “Estoy hablando de la España franquista, claro. Yo la pasé entera. Luego vinieron los años de libertad, que fueron muy emocionantes”.
"A los 20 me casé y eché mi primer polvo".
— OTRO DÍA PERDIDO (@otrodiaperdidok) November 11, 2025
No anda con vueltas Carmen Maura. ?#OtroDiaPerdido pic.twitter.com/WcdI7U8vd7
Sobre su carrera, recordó que su padre le prohibía dedicarse al teatro, pero su pasión por el arte fue más fuerte. “Yo creí que iba a ser actriz de teatro, hasta que descubrí la cámara. Desde entonces somos amigas”, confesó entre risas. En cuanto a la presión estética en el cine, fue tajante: “En los rodajes jamás me miro al espejo. Es rarísimo, no hay actriz que haga eso. Pero nunca me interesó mi físico”. Y agregó con orgullo: “Nunca me pincharon ni me hicieron nada. Soy la que soy”.
También habló de salud y del paso del tiempo. Contó que se fracturó un brazo “tengo tres clavos y una placa” y que aprendió a tomarse las cosas con calma. “La madurez te enseña a bajar el ritmo”, dijo, con serenidad. A los 79 años, Carmen Maura sigue siendo una voz libre, auténtica y provocadora. En el living de Pergolini, demostró que su mejor papel sigue siendo el de ella misma.
