En medio del escándalo, Flor de la V salió al frente en el programa Los Profesionales de Siempre y aseguró que detrás del fuerte ataque mediático de Sabrina Rojas hacia Benjamín Vicuña hay algo más profundo que una simple declaración: advierte un trasfondo de desigualdad entre los famosos. Para ella, no fue un enojo pasajero fue una reacción cargada de significado.
Según lo que deslizó la presentadora Flor de la V, Sabrina Rojas no habla al azar: cada palabra que dice tiene un peso simbólico. No se trata solo de la polémica actual, sino de un historial donde, advirtió, Benjamín Vicuña habría aplicado una doble vara: lo lindo públicamente, lo controvertido en privado. Y esto fue lo que molestó a Rojas, por lo que Flor de la V dijo “Ella dice: ‘suena muy lindo, es muy educado y habla bien”.
La hipótesis apunta a una comparación inevitable: Sabrina Rojas siente que, en situaciones similares, los hombres no reciben el mismo juicio mediático que las mujeres, alegando que figuras como su ex, Luciano Castro, reciben un trato diferente. Esa inequidad la atravesó y sus denuncias públicas serían una forma de poner sobre la mesa una injusticia. Ante esto, Flor de la V expresó: “Ese actor es alguien muy cuidado por la prensa, no se le puede preguntar nada”.
El debate estalló en un contexto delicado: mientras muchos la apoyan por denunciar lo que llama “hipocresía”, otros creen que su accionar revive viejas heridas o responde a intereses mediáticos. Pero lo cierto es que Sabrina Rojas ya no sale solo a opinar: se posiciona con convicción y su voz resuena en un entorno donde pocos se animan.
Para Flor de la V, este “ataque” no tiene que ver solo con el pasado reciente de Vicuña, sino con un patrón más amplio de denuncias, silencios y privilegios. Esa lectura reconfigura las críticas: ya no son un escándalo más, sino una denuncia pública de un desequilibrio en cómo se juzga y se protege a los hombres frente a mujeres vulneradas.
Y mientras Sabrina Rojas rompe el silencio, en la escena pública se encarga de desempolvar todas las versiones. Porque una declaración tiene el poder de cambiar la narrativa. Y, en este caso, parece que lo que comenzó como un nuevo escándalo podría transformarse en un llamado de atención más grande.
