La planificación de River para el próximo año ya empezó y, aunque falten meses para el mercado de pases, el club sumó una certeza clave: Maxi Meza será parte del plantel desde el arranque de 2026 y es considerado internamente como un verdadero refuerzo, debido a que prácticamente no pudo competir este año por sus problemas físicos.
La lesión que cambió todo
El mediocampista se lastimó en el superclásico ante Boca, donde salió llorando tras un mal movimiento que volvió a comprometer su rodilla izquierda. La misma zona en la que ya había sido intervenido meses atrás. “Fue operado de manera exitosa, va a volver para la pretemporada”, informó el periodista Juan Balbi, confirmando que no estará disponible para los últimos compromisos del año.
El diagnóstico inicial hablaba de una avulsión del tendón rotuliano, una lesión que exige cirugía y un proceso de recuperación prolongado. Meza ya venía arrastrando molestias que lo obligaron a parar durante más de tres meses luego del Mundial de Clubes, lo que agravó aún más el panorama.
El camino a la recuperación
Según Balbi, el futbolista “va a tener que ser operado y estará unos tres meses fuera de las canchas”, lo que lo deja sin chances de competencia oficial hasta 2026. El cuerpo técnico, consciente de su situación, decidió no exigir tiempos ni adelantar etapas, apostando a que llegue pleno al inicio del próximo ciclo.
El golpe emocional también fue fuerte: Meza se retiró del campo entre lágrimas, sabiendo que era una lesión seria. Sus antecedentes recientes y la reiteración de dolores hicieron que tanto el club como el jugador tomaran la decisión definitiva de pasar nuevamente por quirófano.
La inversión y la expectativa
River desembolsó más de 2 millones de dólares por Meza, una cifra razonable dentro del mercado, pero que generaba altas expectativas por su talento y rápida adaptación. Sin embargo, los continuos problemas físicos limitaron su aporte.
Balbi detalló que el volante “no podía entrenar sin dolor” y que el día a día se volvió insostenible. Motivo por el cual se optó por otra intervención. Ahora, con el panorama más claro, el club lo espera para comenzar la pretemporada de manera normal.
Un regreso que vale como un fichaje
Con la continuidad de Gallardo asegurada y la necesidad de reforzar varias líneas, la vuelta de Meza cae como un alivio. Aunque no sea técnicamente un fichaje, su presencia renovada será tratada como tal. River lo imagina entrando de lleno en la rotación y aportando profundidad en un mediocampo que necesita variantes.
El 2026 lo recibirá como una cara nueva… aunque ya pertenece al club. Y en Núñez todos esperan que, esta vez, pueda jugar sin dolor y mostrar el nivel por el que lo fueron a buscar.
