En medio de semanas agitadas por conflictos familiares, frentes económicos y disputas que no paran de multiplicarse, Marcelo Tinelli volvió a quedar en el centro de una trama explosiva. Esta vez, no se trata de su rol en televisión ni de su vida sentimental. Todo gira en torno a su declaración judicial como testigo en un caso que involucra a su hija Juana y que, inesperadamente, expuso también el papel de Paula Robles.
La declaración de Marcelo Tinelli ante el fiscal Federico Taramelli destapó detalles íntimos y tensiones que sorprendieron incluso a quienes siguen de cerca a la familia. Según relató, todo comenzó cuando su hija menor le envió un mensaje alarmante: “Necesito hablar urgente con vos”.
Preocupado, Marcelo Tinelli la llamó de inmediato y Juana le dijo entre lágrimas que la acababan de amenazar. En su testimonio, Tinelli aseguró que Juana le mencionó el nombre de la persona que la habría amenazado, presuntamente Gustavo Scaglione, aunque él le contestó que hacía mucho que no tenía contacto con ese individuo.
La reacción de Paula contra Marcelo Tinelli
“Como Juana estaba llorando, muy nerviosa, él le dijo tranquilízate”, leyó Fernanda Iglesias desde el expediente. Pero ahí apareció un giro inesperado: la reacción furiosa de Paula Robles. Según el expediente citado, cuando escuchó lo que Tinelli le estaba diciendo a su hija, Paula tomó el teléfono y explotó: “¿¡Cómo le vas a decir que se tranquilice a una persona que acaban de amenazar!?”.
Intentando retomar la conversación, Marcelo Tinelli exigió: “¡Pasame con Juana!”. Pero lejos de calmarse, la situación se volvió aún más caótica. Juana retomó la llamada, pero en lugar de encontrar apoyo, el conductor recibió insultos. “Juana agarró el teléfono, me insultó y me cortó”, declaró sin vueltas.
Los problemas no terminaron ahí. Después de cortar, Juana le envió un mensaje que, según la declaración, dejó al conductor helado. “No podía creer que no le diera bola. Ahora estoy bloqueado de todos lados por ella”, confesó Tinelli, exponiendo un distanciamiento que nadie imaginaba tan profundo.
