Marixa Balli sorprendió al contar el particular apodo que le pusieron sus compañeros de MasterChef Celebrity (Telefe). Según reveló, muchos la llaman “tía”, un nombre que le resulta “muy tierno, muy lindo”. La participante explicó que el trato entre el grupo de participantes se volvió tan cercano que el apodo nació de manera natural. Para ella, es una muestra del cariño que se generó dentro del grupo ya que hay famosos de todas las edades y, los más jóvenes, se refieren a ella de esta manera tan particular.
La bailarina explicó que la convivencia en el certamen gastronómico la hizo sentirse parte de una especie de familia televisiva. “Nos llevamos tan bien que cuando no nos vemos, nos extrañamos”, aseguró entre risas. Marixa destacó que la buena vibra se siente en cada grabación. Y que, pese al estrés típico del programa, la energía del equipo es de enorme contención. “Siempre pasan cosas, siempre pasan confusiones que a veces ni nosotros entendemos qué sucede, pero es muy divertida esta experiencia”.
Además, Marixa Balli se mostró comprometida con cada desafío de MasterChef Celebrity, contó que estudia para mejorar sus platos y se esfuerza en aplicar los consejos y tips del jurado conformado por Damián Betular, Germán Martitegui y Donato de Santis. “Voy con mi cuaderno anotando todo, viendo videos… dele taca, taca, taca”, detalló. Para ella, cada jornada es una oportunidad para aprender técnicas nuevas. Incluso confesó que repasa un manual de cocina todas las noches antes de dormir.
Sobre la relación con los jurados, especialmente con Germán Martitegui, Balli fue muy sincera. “Germán te clava la mirada y vos decís: ‘qué conexión estamos haciendo’… y te destroza”, relató entre humor y nervios. Aun así, reconoce que esa exigencia la motiva. “Me está mirando, me está mirando”, recordó sobre uno de los momentos que más la tensionaron.
Sin embargo, no todo fue calma en los fogones de Telefe: hubo galas en las que la emoción la superó. Durante una prueba de empanadas confesó estar “malhumorada, depre, enojada… un mundo de sensaciones”. Aun así, presentó su plato y lo llamó “Desmotivación”, mostrando que incluso en la frustración intenta transformar sus emociones en creatividad.
Uno de sus mejores momentos llegó con una trucha confitada que emocionó tanto al jurado como a ella. Marixa Balli expresó que la cocina le despierta sentimientos profundos: “Es increíble la conexión que uno puede llegar a tener y lo que empieza a pasar por dentro”. Ese día se fue con el corazón lleno y la certeza de que está viviendo “momentos muy especiales” dentro del reality.
