El INDEC informó que el desempleo bajó al 6,6% en Argentina durante el tercer trimestre de 2025, según el Informe de Mercado de Trabajo, que reflejó una caída de 0,3 puntos frente al trimestre anterior, en un contexto de ajustes económicos y cambios en la actividad.
La mejora se explicó por un leve aumento del empleo y una estabilidad en la tasa de actividad. De acuerdo con los datos oficiales, la tasa de actividad alcanzó el 48,6%, mientras que la tasa de empleo se ubicó en 45,4%, lo que indica que casi la mitad de la población de 14 años y más participa del mercado laboral.
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Sin embargo, el informe advirtió que la presión sobre el mercado de trabajo continúa elevada. La subocupación alcanzó al 10,9% de la población económicamente activa y, al sumar a los ocupados que buscan más horas y a los disponibles para trabajar, la presión laboral total llegó al 28,7%.

Brechas de género y diferencias regionales
Las desigualdades por género siguieron marcando el mercado laboral. La desocupación fue más alta entre las mujeres, con una tasa del 7,4%, frente al 5,9% registrado entre los varones. También se observaron diferencias en la participación: la tasa de actividad fue del 70,1% en hombres y del 52,6% en mujeres.
A nivel regional, las mayores tasas de desempleo se concentraron en la región Pampeana, con un 7,5%, y en el Gran Buenos Aires, donde alcanzó el 6,8%. En contraste, los niveles más bajos se registraron en el Noroeste, con 4,7%, y en la Patagonia, con 5,0%.
El tamaño de los aglomerados también mostró diferencias. En las ciudades con menos de 500.000 habitantes, la desocupación fue del 5,2%, mientras que en los grandes centros urbanos trepó al 6,9%.
Informalidad y calidad del empleo
Pese a la baja del desempleo, el informe del INDEC volvió a reflejar un alto nivel de informalidad. El 43,3% de las personas ocupadas trabaja en condiciones informales, sin acceso pleno a derechos laborales.
Entre los asalariados, que representan el 71,9% del total de ocupados, el 36,7% no cuenta con descuento jubilatorio, lo que expone la fragilidad del empleo registrado.
