La conversación duró menos de 15 minutos y marcó un giro en la estrategia de Washington hacia Venezuela. De acuerdo con cuatro fuentes que siguieron el intercambio, Donald Trump habló con Nicolás Maduro el 21 de noviembre y le comunicó que contaba con una semana para abandonar el país junto a su familia bajo un salvoconducto garantizado por Estados Unidos. El ultimátum venció el viernes siguiente.
Aunque la existencia del llamado ya había trascendido, el detalle del plazo no se conocía hasta ahora. Las fuentes describieron la charla como “directa” y “tensa”, en un contexto de presión creciente contra el régimen chavista.
Un pedido amplio de garantías
Durante la llamada, Maduro aseguró que estaba dispuesto a dejar Venezuela. Sin embargo, planteó condiciones amplias: amnistía legal total, eliminación de sanciones y el cierre del caso que enfrenta ante la Corte Penal Internacional. También pidió que Estados Unidos levantara restricciones sobre más de cien funcionarios de su gobierno, acusados en Washington de corrupción, narcotráfico o violaciones a los derechos humanos.
Otro punto del planteo incluyó que Delcy Rodríguez encabezara un gobierno interino de cara a nuevas elecciones. Según dos fuentes, la propuesta buscaba asegurar continuidad política dentro del chavismo.
Donald Trump rechazó casi todas las solicitudes y solo mantuvo en pie la opción del salvoconducto por una semana. La oferta caducó el viernes posterior al llamado.
La reacción de Washington y el cerco sobre Caracas
Tras la expiración del plazo, Donald Trump ordenó cerrar el espacio aéreo venezolano, según confirmaron dos de las fuentes consultadas. La medida reforzó la presión militar y política que su administración desplegó durante los últimos meses.
Estados Unidos elevó además a 50 millones de dólares la recompensa por información que permitiera detener a Maduro. También ofreció 25 millones por otros altos dirigentes, entre ellos Diosdado Cabello. Todos negaron las acusaciones.
La Casa Blanca confirmó la llamada pero evitó dar detalles. El Ministerio de Información de Venezuela no respondió consultas.
Maduro se aferró al poder mientras crecía la tensión
Al hablar ante manifestantes el lunes siguiente, Maduro prometió “absoluta lealtad” al pueblo venezolano. No mencionó la conversación con Trump ni el ultimátum.
En paralelo, fuentes en Washington señalaron que aún existía la posibilidad de una salida negociada, aunque quedaban puntos críticos sin resolver. La administración venezolana habría solicitado una nueva llamada con Trump.
Entre tanto, el cerco diplomático y judicial continuó. Estados Unidos mantuvo la posición de que no reconocía a Maduro como presidente legítimo tras las elecciones que consideró fraudulentas.
