Ángela Torres abrió su corazón y compartió un durísimo testimonio sobre las consecuencias que el escrutinio público tuvo en su salud física y mental desde que era una niña. La joven, que hoy brilla en Luzu, confesó que los comentarios sobre su aspecto físico le provocaron un trastorno de desorden alimenticio, un problema con el que aún batalla para superarlo.
El recuerdo de Ángela Torres
En una entrevista Ángela relató la enorme dificultad de crecer bajo la constante lupa de los medios. «Tengo mucho desorden alimenticio y muchos mambos sobre eso. Tiene que ver con que, desde chiquita, se habló de mi cuerpo públicamente y eso me hizo sentir vulnerable y muy expuesta», declaró sin filtros.
«En plena adolescencia, con 17 años, me acuerdo de que una vez estaba sola en mi casa, prendí la televisión y, en Mirtha Legrand, se estaban riendo de mi cuerpo varias personas en la mesa; puntualmente dos, pero eran varios», relató.
Cuando se le preguntó sobre la naturaleza de las risas, Ángela detalló el tenor de los comentarios: «Me decían que era enana, gordita, que no era estilizada. Me dolió. Hay cosas de ese momento en las que hoy trabajo y en las que todavía tengo que trabajar para sentirme bien».
Rápidamente, tras sus declaraciones, se viralizó el video del momento al que se refería. Las imágenes correspondían a un programa de «La Chiqui» donde se veía a Guido Süller y Charlotte Caniggia riéndose. Süller, hablando del aspecto de la propia Ángela y de Barbie Vélez, lanzó la frase despectiva: «Es alta, estilizada, sí, sí, sí», desatando la risa de Charlotte.
En aquel momento, siendo aún una adolescente, Torres ya había alzado la voz contra los agresores. «Me pareció una falta de respeto. Tengo 18 años, tengo las mismas inseguridades que cualquier chica de 18, y por eso me pegó tanto», había expresado, poniendo en evidencia la irresponsabilidad de los comentarios públicos que tanto daño le hicieron en su vida personal.
