La última emisión de MasterChef Celebrity dejó uno de esos momentos televisivos que rápidamente se viralizan. En un clima relajado Maxi López y Wanda Nara protagonizaron un intercambio cargado de ironía que no pasó desapercibido para la audiencia. El tema disparador fue la Navidad y los regalos, pero el diálogo derivó en recuerdos del pasado y comentarios que mezclaron humor con viejas cuentas pendientes.
El ida y vuelta entre Maxi López y Wanda Nara
Todo comenzó cuando Wanda le preguntó a su exmarido qué pensaba regalarles a los hijos que tienen en común. López respondió que debía sentarse con ellos a escribir las clásicas cartas para Papá Noel, lo que lo llevó a recordar las listas interminables que recibía años atrás. “Eran imposibles, no resistía bolsillo”, lanzó, despertando carcajadas en el estudio y marcando el tono del intercambio.
La conversación subió un poco más de temperatura cuando la conductora quiso saber qué esperaba recibir Daniela Christiansson, actual pareja de López. El exfutbolista explicó que su mayor deseo estaba lejos de lo material. “Le gustaría hacer parto natural y yo estoy todo cagado… es una decisión que tomamos entre los dos”. Aun así, dejó abierta la puerta a algún obsequio navideño extra.
Fue entonces cuando la conductora de MasterChef Celebrity, sin filtro, preguntó si Maxi solía regalar diamantes. Él respondió que sí, que lo había hecho, pero al aclarar que hablaban del presente, lanzó la frase que se robó toda la atención: “Si querés diamantes, se los vas a tener que pedir a Migueles”, en referencia a Martín Migueles, actual pareja de la empresaria. Lejos de incomodarse, Nara redobló la apuesta y le respondió que quería que se los regalara él.
La reacción de López fue tajante. “Después de no sé cuántas administraciones sigue reclamando… no, ya está, ahí se terminó”, sentenció frente a cámara, dando por cerrado el tema con una mezcla de indignación y humor. El momento funcionó como un retrato televisivo de una relación pasada que hoy se permite la ironía y la complicidad, pero también marca límites claros.
