El Partido Justicialista (PJ) publicó este miércoles un extenso comunicado, en su cuenta oficial de X, en el que advirtió al Gobierno nacional sobre el avance de discursos antivacunas, luego del polémico acto realizado en el Congreso por una diputada del PRO, donde un autodenominado “hombre imán” exhibió una supuesta reacción magnética producto de la vacunación.
La respuesta peronista se presenta como una defensa del calendario nacional, pero llegó envuelta en una fuerte acusación: el PJ exigió al Gobierno “no hacer chicanas comunicacionales” por haber señalado que Buenos Aires y Formosa fueron las únicas provincias que no firmaron el documento emitido por el Ministerio de Salud en defensa de las vacunas.
El PJ se aferra a su bandera histórica, pero admite la crisis sanitaria
En el comunicado, el partido del gobernador Axel Kicillof insistió en su tradicional postura a favor de la vacunación. Recordó que el calendario nacional es ley desde la sanción de la 27.491 y remarcó que las inmunizaciones son obligatorias, gratuitas y universales, como responsabilidad indelegable del Estado.
Sin embargo, reconoció una situación epidemiológica “preocupante”: rebrote de sarampión, brotes activos de coqueluche con muertes evitables y coberturas muy por debajo de los niveles necesarios para evitar la reintroducción de enfermedades eliminadas hace décadas.
Brotes, retrocesos globales y el fantasma del discurso antivacunas
El PJ también apeló al contexto internacional. Citó advertencias de la Organización Mundial de la Salud por el retroceso global en las coberturas vacunales y señaló que incluso países como Estados Unidos atraviesan brotes de enfermedades prevenibles debido al avance de movimientos antivacunas y la desinformación.
El texto sostiene que cuando el Estado retrocede “las enfermedades vuelven”, generan colapso sanitario y aumentan los costos humanos y económicos. Allí cuestionó a funcionarios que, según su visión, sembraron dudas sobre la vacunación. O habilitaron espacios institucionales donde se avalan discursos contrarios a la evidencia científica.
El peronismo rechazó de manera explícita que la Cámara de Diputados permitiera un acto antivacunas. Lo calificó como un hecho grave, incompatible con la política sanitaria argentina y con la responsabilidad institucional.
Según el PJ, dar lugar a “voceros antivacunas” erosiona la confianza pública y contribuye a que enfermedades ya controladas vuelvan a generar brotes, internaciones y muertes.
La pelea política por las firmas: el PJ acusa “animosidad” del Gobierno
El eje más político del comunicado apareció hacia el final. El PJ acusó al Ministerio de Salud nacional de generar “chicanas comunicacionales” por haber explicitado que Buenos Aires y Formosa fueron las únicas provincias que no firmaron el documento nacional titulado “Las vacunas son seguras y salvan vidas”.
Según el partido, esa omisión fue producto de “animosidad política”. Sin embargo, fuentes del Gobierno sostienen que se trató de un dato fáctico y que fueron las jurisdicciones las que eligieron no adherir formalmente.
Defensa histórica, crítica presente y un mensaje interno
En su cierre, el peronismo reivindicó su defensa histórica de la salud pública, la ciencia y la prevención. Afirma que “no hay justicia social sin un pueblo sano” y reclama que el Gobierno refuerce las campañas de vacunación. También garantice el cumplimiento de la ley vigente y rectifique su rumbo en materia comunicacional.
Pero el comunicado también expone tensiones internas y externas: el PJ intenta recuperar protagonismo en un tema donde históricamente tuvo autoridad. Al tiempo que responde a presiones internas en Buenos Aires y otras provincias gobernadas por el peronismo.
