En plena pelea por los primeros puestos de LaLiga y con la mira puesta en avanzar a los octavos de final de la Champions League, el Atlético de Madrid empezó a planificar el próximo mercado con una noticia que no pasó desapercibida puertas adentro. Nahuel Molina quedó a un paso de provocar un giro estratégico que puede definir refuerzos de peso.
El lateral argentino se encuentra en la recta final para obtener el pasaporte español, un detalle administrativo que, en la práctica, le abre una puerta fundamental al equipo que conduce Diego Simeone de cara al mercado de pases invernal.
Un cupo liberado que cambia todo
Hasta ahora, el Colchonero tenía completos los tres cupos de futbolistas extracomunitarios, una situación que limitaba cualquier intento de incorporar jugadores sin ciudadanía europea. Con la inminente nacionalización de Molina, ese obstáculo desaparecerá.
Según los plazos que maneja el club, el trámite podría resolverse durante enero, lo que permitiría contar con algunos días clave para cerrar una incorporación. El único riesgo es un retraso burocrático que estire la definición hasta febrero o marzo, algo que el Atlético busca evitar.
Simeone ya marcó las prioridades
De acuerdo a lo informado por Marca, la idea del cuerpo técnico es aprovechar ese cupo para sumar jerarquía en zonas puntuales. Los principales apuntados serían un defensor central o un lateral izquierdo, dos puestos donde Simeone considera necesario dar un salto de calidad.
Esta situación le permitirá al club evitar problemas como los del último mercado, cuando tras la llegada de Thiago Almada debió desprenderse de un extranjero. En aquel momento, el perjudicado fue Samu Lino, transferido a Flamengo para liberar espacio en la plantilla.
El futuro de Molina y el objetivo Mundial 2026
Más allá del impacto institucional, el panorama personal de Nahuel Molina también es claro. Todo indica que continuará en el Atlético para competir por el lateral derecho junto a Marcos Llorente, con el objetivo de sumar minutos y llegar en ritmo al Mundial 2026 con la Selección Argentina.
En la temporada actual, el ex Udinese disputó 19 partidos oficiales entre competencias locales e internacionales, aportó 2 asistencias, recibió 2 tarjetas amarillas y acumuló 908 minutos en cancha, números que explican por qué el club confía en su continuidad.
