Anita Espósito es hermana de Lali y como tal, se vio envuelta en un gran halo de exposición mediática. Sin embargo, la conductora habló con Revista Pronto, donde contó como logró convivir con el alto nivel de fama y las agresiones que suele recibir junto a la cantante. Rápidamente, aseguró que aprendió a disfrutar de su trabajo, a pesar de los altibajos.
A través de una nota con Revista Pronto, Anita Espósito aseguró que vive un momento particular en torno a la exposición. En este aspecto, expresó: «¿Si estoy disfrutando el laburo? Lo estoy aprendiendo a disfrutar porque, a priori, la exposición es algo que me pone nerviosa. Vos pensá que venimos de que publicaran las cuentas de mi hermana en Twitter. Que desearan que la violen entre 40 chabones. O sea, estamos en un contexto bastante particular. Entonces, cualquier cosa que yo diga abre una polémica».
Posteriormente, Anita Espósito dejó en claro que durante los últimos meses tiene mucho cuidado en cada declaración. Además, manifestó: «Y de eso todavía estoy cagada porque cualquier cosa que diga puede estar tomada para otro lado. Y a veces no te queda otra opción y ni siquiera podés ponerte a dar explicaciones. Porque ya la masa designó que vos eras tal cosa o que hiciste tal otra. Eso me da un poco de cag… y estoy tratando de aprender a disfrutarlo».
Por otro lado, Anita Espósito afirmó que aprendió a convivir relativamente con las críticas. Puntualmente, declaró: «No, a esta altura ya no. Fue un trabajo enorme. Twitter existe hace mucho. Lali tiene una carrera de hace muchos años también. Y me acuerdo de que cuando estaba embarazada de mi hijo Santino, que ya tiene 13 años, en aquel momento me mandaron un mensaje por Twitter que decía: “Ojalá que tu hijo nazca muerto”».
Finalmente, Anita Espósito lamentó el gran nivel de odio que existe en las redes. Por último, agregó: «De hecho, todos hablamos del hate o de los haters naturalmente porque sabemos que existen. Entonces, el que todavía no tiene tan cocinado o masticado el tema del medio. Le resulta muy difícil acostumbrarse a ese odio. Yo conocía el medio, iba a los canales o al teatro, pero no lo conocía desde este lugar y desde el riesgo que supone».
