River atraviesa uno de los mercados más intensos de los últimos años y la reestructuración del plantel no se detiene. En medio de las salidas resonantes y de la búsqueda por cambiar la imagen dejada durante 2025, el futuro de Jeremías Ledesma volvió a quedar en el centro de la escena.
Un arquero con poco rodaje y muchas dudas
El guardameta llegó al club en julio de 2024 tras su paso por Cádiz, en una operación cercana a los 3.5 millones de dólares. Sin embargo, su presencia bajo los tres palos fue mínima y nunca logró consolidarse como alternativa real detrás de Franco Armani. En total, disputó apenas siete partidos y acumuló 630 minutos, con siete goles en contra y tres vallas invictas.
Ese escaso protagonismo encendió el debate interno sobre su continuidad, especialmente en un contexto donde Marcelo Gallardo busca competencia real en cada puesto. Para el entrenador, sostener un arquero suplente sin rodaje prolongado es una situación poco sostenible.
Rosario Central mueve las fichas
Mientras River analiza cada pieza del plantel, Rosario Central apareció en escena para intentar concretar el regreso de Ledesma. La negociación se activó ante la incertidumbre sobre la continuidad de Jorge Broun, cuyo contrato finaliza a fin de temporada y todavía no tiene garantía de renovación bajo el ciclo de Ariel Holan.
La dirigencia canalla, encabezada por Gonzalo Belloso, considera al exarquero del club como la principal opción para sostener la competencia de cara al próximo año. Y desde el lado riverplatense, la puerta no está cerrada: en Núñez ven con buenos ojos una salida siempre y cuando la oferta permita recuperar una parte importante de la inversión inicial.
Una decisión que define la nueva era de River
En este contexto, la posible partida de Jeremías Ledesma se transforma en una señal más del profundo recambio que encara River. Con nombres fuertes que ya dejaron el club y otros que evalúan su destino, cada movimiento forma parte de una reingeniería deportiva que apunta a un 2026 mucho más sólido.
Lo cierto es que el arquero atraviesa horas claves. Entre la falta de minutos, el interés firme desde Rosario y la necesidad de liberar espacio en un plantel que se está reordenando pieza por pieza, su salida empieza a tomar forma.
