Mientras River pone en marcha una nueva pretemporada en San Martín de los Andes, Marcelo Gallardo ya dejó en claro que el foco no está solo en la preparación física. El entrenador analizó a fondo lo ocurrido en la última temporada y tomó una postura que empieza a explicar muchos de los movimientos recientes en el mercado de pases.
El cierre del año dejó un sabor amargo en Núñez. Sin títulos y con un rendimiento irregular en los momentos decisivos, el plantel evidenció falencias estructurales que obligaron a una revisión profunda. En ese contexto, tanto el cuerpo técnico como la dirigencia coincidieron en la necesidad de encarar cambios de fondo.
El análisis de Gallardo que cambia las prioridades
Lejos de apuntar únicamente a la falta de gol, el DT identificó un problema más profundo en el funcionamiento colectivo. Para el entrenador, el equipo perdió consistencia en la zona donde se construye el juego y se sostiene la presión, un aspecto que históricamente fue una marca registrada de sus mejores ciclos.
Esa lectura explica por qué River avanzó con rapidez en determinados refuerzos, buscando recuperar intensidad, control y dinámica en el centro del campo, aun antes de resolver otras necesidades visibles del plantel.
La frase que confirmó la postura del DT
Quien aportó precisión sobre esta idea fue Gustavo Yarroch, al revelar la mirada del técnico: “Marcelo Gallardo cree que el principal problema es la mitad de cancha y no el ataque. Por eso, River cerró rápido a Fausto Vera y Aníbal Moreno. El entrenador quiere recuperar la presión alta y mejorar la capacidad de gestación”.
Las llegadas de Fausto Vera y Aníbal Moreno responden directamente a esa convicción, con el objetivo de volver a un equipo dominante desde la recuperación y la circulación de la pelota.
Lo que todavía busca River en el mercado
A pesar de este enfoque, en River no descartan sumar un delantero de jerarquía. La posible salida de Miguel Borja obliga a pensar alternativas, y en carpeta aparecen nombres como Santino Andino y Tadeo Allende, aunque el hermetismo de Stefano Di Carlo alimenta la chance de una sorpresa.
Con el diagnóstico claro y las prioridades definidas, Gallardo empieza a moldear el nuevo River, convencido de que la solución está en el corazón del equipo.
