En pleno movimiento del mercado de pases y mientras River sigue envuelto en rumores, apareció una declaración que sacudió al ambiente. Pep Guardiola, hoy técnico del Manchester City, contó que estuvo cerca de vivir una experiencia única en el fútbol argentino y que incluso llegó a imaginarse con la camiseta de River en un momento clave de su carrera.
La historia que salió a la luz casi veinte años después
El español recordó su etapa en Dorados de Sinaloa allá por 2006, cuando buscaba un cierre competitivo antes del retiro. Fue allí donde surgió la oportunidad que hoy sorprende a todos. Según él mismo relató, las conversaciones con River no fueron superficiales ni improvisadas, sino que había un interés concreto para sumarlo como refuerzo.
La idea de desembarcar en Núñez lo seducía por completo: vivir el fútbol argentino desde adentro, sentir la presión del Monumental y despedirse con una camiseta histórica era un escenario que lo entusiasmaba.
Una negociación avanzada que terminó frenada
Guardiola aseguró que su llegada llegó a estar “encaminada”. No era un rumor ni una charla pasajera. Todo parecía tomar forma hasta que apareció un freno rotundo que modificó el rumbo.
La frase que definió todo
En la entrevista, el propio Pep reveló el motivo de su frustración. “Estuve hablando con River para ir. Al final Astrada me bajó el pulgar porque dijo que era viejo. Fue una pena, me hubiera gustado jugar en River y estar en Argentina”, afirmó, apuntando directamente a Leonardo Astrada, quien era el entrenador del Millonario en aquel momento.
Guardiola tenía 35 años cuando surgió la posibilidad, una edad que para Astrada no encajaba en la planificación deportiva del club, lo que terminó enterrando una llegada que hubiera generado una revolución mediática.
Un capítulo que podría haber cambiado su despedida como jugador
Con ese “no” definitivo, el español terminó alejándose de la chance de vestir la banda roja y cerró su carrera sin haber pisado el fútbol argentino, una cuenta pendiente que él mismo reconoce cada vez que revive aquella anécdota.
