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POLÍTICA

Horacio Rosatti reivindicó la importancia histórica del Juicio a las Juntas y dejó un mensaje clave para la Corte Suprema

 

En la cena anual de ADEPA, el titular del máximo tribunal resaltó el proceso de 1985 y su impacto internacional.

 
Corte Suprema

El presidente de la Corte Suprema de Justicia, Horacio Rosatti, participó de la cena anual de ADEPA en la Ciudad de Buenos Aires, donde puso en valor el Juicio a las Juntas de 1985 y remarcó su impacto institucional. Durante su exposición, sostuvo que aquel proceso judicial marcó un antes y un después para la Argentina y sentó precedentes a nivel internacional por su apego al derecho y a las garantías constitucionales.

Rosatti afirmó que el fallo histórico no respondió a una lógica de revancha ni de vencedores, sino a la aplicación estricta de la ley vigente. Subrayó que los delitos juzgados ya estaban tipificados en el Código Penal. Lo que permitió un proceso con juez natural, reglas claras y un procedimiento público que garantizó el derecho de defensa y el control de la prueba.

Un proceso judicial que marcó un estándar internacional

En ese marco, el titular de la Corte Suprema explicó que el Juicio a las Juntas se desarrolló con igualdad de armas y transparencia. Es decir, elementos que lo diferencian de otros procesos transicionales ocurridos en el mundo. Señaló que el veredicto incluyó condenas y absoluciones. Lo que reforzó la legitimidad del fallo y descartó cualquier lectura de justicia arbitraria o condicionada por el contexto político.

Rosatti destacó que ese rigor jurídico permitió arribar a una “sentencia impecable”, construida sobre pruebas, audiencias públicas y decisiones fundadas. Según indicó, el modelo argentino no tuvo equivalentes en otros países que atravesaron procesos similares. Precisamente por la solidez institucional con la que se actuó en un momento de extrema fragilidad democrática.

La lección para los jueces frente a los desafíos actuales

Durante su discurso, el presidente del máximo tribunal también vinculó aquella experiencia con las responsabilidades que enfrentan hoy los magistrados. Recordó que en 1985 la democracia todavía estaba en riesgo y que cada testimonio podía derivar en una crisis política o institucional. Especialmente con presiones y amenazas concretas sobre quienes intervenían en el proceso.

En ese sentido, Rosatti sostuvo que la principal enseñanza que dejaron los jueces del Juicio a las Juntas es la obligación de hacer lo correcto aun en contextos adversos. Afirmó que ese compromiso con la ley debe guiar la actuación judicial actual. Incluso cuando se trata de temas sensibles como el combate contra la corrupción o causas de fuerte impacto político.

El titular de la Corte remarcó que la fortaleza del Poder Judicial no reside en alineamientos circunstanciales, sino en la coherencia con el orden jurídico. Destacó el rol previo de la CONADEP como base probatoria y señaló que la calidad técnica de jueces y fiscales fue determinante para sostener la legitimidad del proceso.

Rosatti concluyó que el ejemplo de 1985 demuestra que el derecho puede imponerse incluso en escenarios críticos, siempre que exista voluntad institucional. Su mensaje fue leído como una defensa del rol de la Justicia frente a presiones externas y como una señal hacia el presente. Y en un contexto donde el funcionamiento del sistema judicial vuelve a ocupar un lugar central en el debate público.