La CGT confirmó que este jueves se reunirá en su sede de Azopardo para definir una postura unificada frente a la reforma laboral que impulsa Javier Milei, un debate que vuelve a tensar el escenario político y que encuentra resistencia en sectores opositores como Unión por la Patria, en figuras como Cristina Kirchner, y en dirigentes que advierten eventuales cuestionamientos ante la Corte Suprema. Según recordó El Intransigente, el sindicalismo ya había anticipado su malestar por la falta de diálogo con el Ejecutivo.
La CGT busca mostrar cohesión interna
La conducción de la central obrera, encabezada por Jorge Sola, Cristian Jerónimo y Octavio Arguello, definirá una declaración formal de rechazo al proyecto. La reunión se realizará al mediodía y apunta a ordenar la estrategia frente al oficialismo. Según fuentes sindicales, existe preocupación por la “regresividad” de los cambios planteados y por la ausencia de una mesa de negociación.
Tensiones con el Gobierno y señales al Congreso
El jefe de Gabinete, Manuel Adorni, aseguró que la reforma aún no está cerrada y que incluirá modificaciones sobre ultraactividad, carga fiscal y trabajo de plataformas. La CGT, sin embargo, evalúa que el Gobierno de Javier Milei no mostró voluntad de diálogo. Dirigentes remarcaron que “sin negociación real, no habrá acompañamiento”. El Senado, mientras tanto, se prepara para empezar el debate en comisión.
En la conducción sindical aseguran que muchos gremios observan con inquietud la posibilidad de que el oficialismo avance sin consensos. La vicepresidenta Victoria Villarruel debe terminar de definir la integración de la Comisión de Trabajo y Previsión Social, donde comenzará la discusión formal del proyecto laboral.
La central obrera mantiene conversaciones con legisladores de distintas bancadas, incluso de espacios que respaldan a Patricia Bullrich en materia de seguridad, para alinear posiciones antes del debate en el recinto. Dirigentes del sector consideran que la reforma podría terminar judicializada y llegar a la Corte Suprema si se aprueba sin acuerdos amplios.
Este escenario también repercute en la interna de Unión por la Patria, donde sectores alineados a Cristina Kirchner reclaman una estrategia más férrea contra los cambios propuestos por Milei. Algunos legisladores trabajan en dictámenes alternativos y en posibles impugnaciones.
En paralelo, la Casa Rosada espera que la reforma laboral permita acelerar la creación de empleo y dar una señal a los mercados. Aunque el Gobierno reconoce resistencias, insiste en que el proyecto será clave para “ordenar las reglas del trabajo”.
