El dirigente social Juan Grabois cuestionó al municipio de Quilmes tras la represión contra trabajadores informales conocidos como “trapitos” y tensó relación con Mayra Mendoza, explicó por qué decidió intervenir en el conflicto ocurrido en ese distrito del conurbano bonaerense.
Durante una entrevista en Radio Con Vos 89.9, Grabois aseguró que desconocía el conflicto hasta el viernes y negó haber buscado una disputa política. Remarcó que no quiere enfrentarse con la intendenta Mayra Mendoza y afirmó que no obtiene ningún beneficio al escalar la tensión.
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El operativo y la responsabilidad política
Juan Grabois afirmó que no puede confirmar si el municipio ordenó el operativo, pero sostuvo que sí lo avaló. Según explicó, esa postura circuló en off entre medios y funcionarios tras los incidentes registrados en Quilmes.
"El municipio avaló la represión"
— Radio Con Vos 89.9 (@radioconvos899) December 22, 2025
Juan Grabois le habló a Mayra Mendoza luego de la represión a "trapitos" en Quilmes. pic.twitter.com/VS146SoAYK
El dirigente señaló que existen límites claros dentro del campo político. En ese sentido, sostuvo que la represión contra trabajadores y sectores humildes responde a una lógica de derecha y no debe usarse como herramienta de gestión.
Además, remarcó que el Estado debe priorizar el diálogo antes de recurrir a la fuerza. Aseguró que en este caso esas instancias seguían abiertas y que su intervención buscó evitar que el conflicto se profundizara.
Reclamo por la detenida y mensaje interno
Tras los hechos, Juan Grabois pidió la liberación de una mujer detenida durante la protesta. La definió como una presa política y sostuvo que nadie debe quedar detenido por participar en un reclamo social.
Según explicó, los trabajadores pedían continuar con su actividad o acceder a una alternativa laboral. Afirmó que el Estado debe dar respuestas concretas y no recurrir a operativos que agravan los conflictos.
Por último, Grabois advirtió que este tipo de situaciones generan daños políticos. Señaló que las peleas internas debilitan a los sectores populares y desvían la atención del debate central. “Yo me quiero pelear con Milei, no con Mayra”, concluyó.
