La CGT anunció que su Consejo Directivo se reuniría para definir un “plan de acción” contra la reforma laboral impulsada por el Gobierno. Cristian Jerónimo, cosecretario general de la central obrera, sostuvo que el proyecto “quita derechos” y no soluciona la informalidad. También cuestionó la falta de diálogo con funcionarios.
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La central cuestionó recortes y cambios en las indemnizaciones
La CGT adelantó que su Consejo Directivo se iba a reunir para fijar una postura común frente al proyecto de reforma laboral. La decisión surgió luego de que Gerardo Martínez, representante de la central en el Consejo de Mayo, se ausentara del encuentro donde se presentó el documento final. Esa ausencia expuso el rechazo interno al borrador que circuló en los últimos días.
Cristian Jerónimo afirmó que la propuesta oficial no impulsaba la creación de empleo formal. “No es un proyecto que genere una dinámica nueva para incorporar trabajadores al sector formal”, dijo. Señaló que la informalidad seguía creciendo y que el texto “no ofrecía soluciones reales”.
El sindicalista sostuvo que la iniciativa implicaba una “quita de derechos”. Cuestionó los recortes en el cálculo de indemnizaciones, el pago en cuotas y la creación de un fondo financiado por las empresas. “La indemnización no es un premio, es el esfuerzo de los trabajadores. No estamos de acuerdo en limitar lo que corresponde por ley”, afirmó.
También recordó que el fondo de cese que el Gobierno promocionó como modelo “no fue adoptado por ninguna actividad”. “El problema no son las indemnizaciones. El problema es que la economía no funciona”, declaró.
Críticas a la ampliación de la jornada y al fraccionamiento de vacaciones
Jerónimo sostuvo que el borrador habilitaba flexibilizaciones que debían quedar sujetas a los convenios colectivos de cada actividad. “Todo lo que sea regresivo para los trabajadores nos encuentra en desacuerdo”, dijo. Añadió que los convenios ya permitían adecuaciones sectoriales, como ocurrió en la industria automotriz y petrolera.
También cuestionó la posibilidad de extender la jornada a 12 horas y acumular horas en un banco para compensarlas luego. “No genera competitividad ni más producción”, afirmó.
Respecto a las vacaciones, señaló que muchos trabajadores ya no se toman los 30 días corridos, pero aclaró que la decisión debía ser consensuada. “No puede quedar en manos de la patronal. Tiene que ser con acuerdo del trabajador y resguardo sindical”, explicó.
Jerónimo sostuvo que la CGT no tenía una instancia formal de diálogo con funcionarios. “No tuvimos una convocatoria para hablar de este proyecto”, dijo. Sobre el “plan de acción”, evitó adelantar medidas y remarcó que la definición se tomaría en el Consejo Directivo.
Finalmente, planteó que la CGT debía recuperar representatividad y presencia federal. “Tenemos que volver a cubrir las demandas de los sectores más postergados y de los trabajadores que están en la informalidad”, afirmó.
