El secretario general de la CGT, Jorge Sola, afirmó que el retraso del debate de la reforma laboral representa “un pequeño logro” de los sindicatos, luego de la movilización realizada en Plaza de Mayo, durante una entrevista con Eduardo Feinmann en el programa Alguien tiene que decirlo.
Sola sostuvo que la marcha contra la reforma fue “multitudinaria y pacífica” y apuntó contra el Congreso, al considerar que el proyecto impulsado por el Gobierno presenta “numerosos inconvenientes” y no puede ser tratado sin la participación de los gremios.
La presión sindical y la advertencia de paro
Durante el diálogo, el dirigente gremial aseguró que la movilización marca “el inicio de un plan de acción gremial”. Y advirtió que, si el Ejecutivo avanza sin modificaciones, podrían profundizarse las medidas de fuerza.
“Un paro puede ser una de las cuestiones”, afirmó Sola, quien reclamó que el Gobierno “escuche”. Y luego habilite una discusión más amplia sobre una norma que, según sostuvo, modifica de manera profunda las relaciones laborales.
El debate que se posterga y el reclamo gremial
En relación con la decisión de postergar el tratamiento de la reforma laboral para febrero, Sola sostuvo que se trata de una señal positiva producto del diálogo con legisladores, gobernadores y senadores, aunque remarcó que el proyecto “ya nació mal” por no incluir a los trabajadores en su elaboración.
“No se puede tratar entre gallos y medianoche una ley tan grande y a libro cerrado”, afirmó el dirigente de la CGT. Y cuestionó que otros sectores, como la UIA, que acompañaron la iniciativa.
Hacia el cierre, Sola planteó la necesidad de abrir una mesa de discusión y sostuvo que los sindicatos también tienen propuestas. Especialmente para la modernización del mundo del trabajo, aunque insistió en avanzar “más lento” con el tratamiento legislativo.
