Cinthia Fernández volvió a quedar en el centro de la escena mediática. Sin embargo, esta vez lejos del escándalo o la polémica habitual. La panelista y figura fuerte de las redes sociales atraviesa un momento personal y laboral muy delicado. Todo quedó expuesto al aire en La mañana con Moria.
Cinthia Fernández, acostumbrada a mostrarse frontal y combativa, esta vez apareció visiblemente afectada. La panelista mostró una angustia imposible de disimular, luego de un fin de semana que la dejó emocionalmente golpeada. Desde el comienzo del programa, Cinthia se mostró apagada, casi en silencio, algo que llamó rápidamente la atención de Moria Casán.
Fue la propia conductora quien le dio el espacio para hablar. Ahí, Cinthia no pudo contener más lo que venía guardando. “Me volvieron a cerrar la cuenta de Instagram. Ya me pasó varias veces este año”, lanzó, con bronca y tristeza mezcladas. Según explicó, las denuncias que recibe apuntan a un supuesto abuso infantil en videos donde aparece bailando con sus hijas.
Cinthia Fernández brindó detalles de esta lamentable situación
Entre lágrimas, Cinthia Fernández detalló cómo funciona el mecanismo que la perjudica una y otra vez. “Las denuncias se hacen con bots y Meta bloquea la cuenta sin comprobar que las acusaciones sean ciertas”, aseguró. El problema no es solo emocional, sino económico. «Yo vivo de las redes sociales y las necesito. Llegan las fiestas y tengo muchos productos que vender, marcas que me han contratado… no puedo trabajar si no las tengo», confesó.
La situación se volvió aún más dramática cuando Cinthia Fernández reveló el impacto económico que ya tuvo este problema en el pasado. “La última vez tuve que desembolsar una fortuna para poder recuperar mi cuenta”, continuó. Incluso recordó una decisión durísima que tuvo que tomar. “Yo puse un negocio que es una sala de escape, con mucha ilusión y con ahorros, pero lo tuve que vender cuando me cerraron las cuentas porque en un mes hubo que poner seis mil dólares, más todo lo de las marcas que no entendieron”. soltó.
