Unas 18 personas resultaron heridas por el uso de pirotecnia en la Ciudad de Buenos Aires durante los festejos de Navidad, según informaron fuentes oficiales a la Agencia Noticias Argentinas. Los episodios ocurrieron entre la noche del 24 y la mañana del 25 de diciembre. La situación obligó a reforzar la atención en distintos hospitales porteños.
Desde la noche del miércoles y hasta las 7 de este jueves, el Instituto Oftalmológico Pedro Lagleyze asistió a 10 pacientes con lesiones vinculadas a la pirotecnia. Todos los cuadros fueron ambulatorios. Sin embargo, requirieron atención médica especializada por el compromiso ocular.
En paralelo, otros siete heridos fueron atendidos en el Hospital Santa Lucía. Según se informó, uno de los pacientes debió ser intervenido quirúrgicamente por lesiones menores. El resto no necesitó internación y recibió el alta tras la evaluación médica.
Además, el Hospital de Quemados asistió a una menor de edad con heridas leves producto del uso de pirotecnia. Si bien el cuadro no revistió gravedad, el caso volvió a poner el foco en los riesgos. En especial, en aquellos que afectan a niños y adolescentes.
Menos consumo y más heridos
La Navidad dejó una postal conocida. Menos consumo y más guardias hospitalarias activas. Mientras las ventas de juguetes cayeron un 6,9% interanual, según la Cámara Argentina de la Industria del Juguete, los festejos volvieron a generar heridos. El escenario reabrió un debate que atraviesa barrios, mesas familiares y centros de salud.
Una señal de alerta rumbo a Reyes Magos
La cifra de heridos es concreta y el impacto también. Con Reyes Magos en el horizonte, médicos y autoridades insisten en reforzar la prevención. También piden desalentar el uso de pirotecnia, sobre todo la de alto impacto sonoro y riesgo físico.
Año tras año, la combinación de pirotecnia, celebraciones y guardias médicas vuelve a instalar la discusión. El eje es la responsabilidad individual y el cuidado colectivo. La Navidad pasó, pero la advertencia queda vigente para lo que viene.
