El senador nacional Luis Juez criticó a la vicepresidenta Victoria Villarruel al afirmar que “la devoró el personaje” y remarcó que su rol institucional debería ser acompañar al presidente Javier Milei, en un escenario donde ambos ya se muestran en agendas separadas.
En declaraciones en el programa de Luis Novaresio por A24, Juez sostuvo que mantuvo el comentario “en la cara” de Villarruel y afirmó que durante los últimos dos años trabajó “enormemente” para que la Cámara alta funcionara en línea con los proyectos del Gobierno. Según indicó, la falta de coordinación entre la Vicepresidenta y Milei expone un quiebre que no debería existir dentro del binomio presidencial.
El senador sostuvo que la función del vicepresidente es acompañar el plan del jefe de Estado y advirtió que esa lógica está prácticamente ausente hoy. Señaló que la distancia pública entre ambos mandatarios alimenta especulaciones internas y que, incluso, potencia el deseo de notoriedad de Villarruel.
Juez expresó que “el poder es un gran afrodisíaco” y que cuando aparecen aduladores que mencionan la línea sucesoria, algunos dirigentes pueden creerse ese escenario. A su criterio, esa dinámica también influyó en la conducta reciente de la titular del Senado.
Críticas al comportamiento político y al conflicto por los sueldos
El senador amplió su análisis y afirmó que ciertos sectores alentaron la idea de una eventual caída de Milei, lo que ubicaba a Villarruel como sucesora natural. Cuestionó que, si un dirigente no está preparado, puede “empezar a creer” esos comentarios y perder claridad sobre su rol institucional.
Además, recordó los episodios vinculados al aumento salarial de los senadores, un punto que generó fuertes tensiones dentro del oficialismo. Juez afirmó que la postura de Villarruel en esa discusión fue “una canallada” y “una vergüenza de la que no se iba a poder volver”. Lo que profundizó su malestar con la Vicepresidenta.
Para cerrar, reiteró que un vicepresidente debe acompañar la suerte del presidente y que, si ese compromiso no existe, “mejor no aceptar el cargo”, al remarcar que la Argentina ha tenido vicepresidentes de bajo perfil justamente por la naturaleza del puesto.
