Lula da Silva reforzó su deshielo con Donald Trump tras una llamada clave de 40 minutos marcada por aranceles, seguridad y la crisis con Venezuela. El mandatario brasileño pidió más avances comerciales y destacó su ofensiva contra el crimen organizado. Según fuentes del gobierno de Brasil, la conversación fue “muy productiva” y dejó temas abiertos.
Aranceles y un avance político esperado
Lula llamó a Trump tras meses de tensión marcada por la guerra comercial y el juicio a Jair Bolsonaro. La charla retomó el acercamiento iniciado en la ONU y continuado en la cumbre de la ASEAN. El presidente brasileño agradeció la quita de aranceles a productos como café y carne vacuna. También pidió avanzar en los bienes que siguen bajo gravámenes.
El gobierno brasileño consideró la conversación como un paso más en el deshielo. Trump replicó que mantiene “plena disposición” para seguir negociando. Sostuvo que quiere colaborar con Brasil en iniciativas comerciales. Desde la Casa Blanca definieron la charla como “una gran conversación”.
Ambos líderes repasaron medidas recientes y dejaron abierta una nueva etapa de coordinación. La obra quedó marcada por el giro de Trump sobre Brasil, tras meses de sanciones aplicadas por el juicio a Bolsonaro.
Cooperación contra el crimen organizado
La lucha contra el crimen organizado ocupó parte central del diálogo. Lula destacó operativos para asfixiar financieramente a redes vinculadas al PCC. Mencionó maniobras internacionales y ramificaciones con base en otros países. Donald Trump respaldó esas acciones y prometió apoyo pleno.
El ministro de Hacienda brasileño ya había anticipado que buscarían la ayuda de Estados Unidos. Señaló que una reciente operación detectó empresas creadas en Delaware para lavar dinero del sector combustibles. La policía brasileña sostiene que esas maniobras blanquearon casi 10.000 millones de dólares entre 2020 y 2024.
Lula marcó que su gobierno profundizó operativos para frenar esas redes. Valoró la posibilidad de aumentar el intercambio de información con Washington.
La crisis con Venezuela y el escenario regional
La llamada se dio en plena tensión por la presencia militar de Estados Unidos en el Caribe. En los últimos tres meses, las fuerzas estadounidenses bombardearon embarcaciones que presuntamente llevaban drogas frente a Venezuela. Los ataques dejaron 83 muertos y elevaron la presión diplomática.
Trump envió al Caribe un portaaviones y una flota de buques de guerra. Maduro acusó a Washington de buscar su caída. Lula había manifestado preocupación por esas operaciones en el G20 de noviembre. Sin embargo, el tema no apareció en la conversación.
El diálogo mostró un clima más estable entre los mandatarios pese a los desacuerdos recientes. Brasil ve este deshielo como clave para la agenda económica y para la seguridad regional.
