Se trata, sin lugar a dudas, de uno de los artistas más importantes del mundo del espectáculo de nuestro país. Y es que Marcelo Polino ha sabido muy bien de qué manera ganarse el cariño del público que lo sigue desde sus comienzos en la farándula.
Esta vez, fue noticia por lo que contó en una charla con Pronto, donde contó sus proyecto y habló de su fobia a la naturaleza. «Me voy a Mar del Plata con Fátima Florez y debutamos al 26 de diciembre, de nuevo en el Teatro Roxy. Es la tercera temporada que hacemos juntos. Me instalaré los tres meses allá y estoy contento porque con Fátima nos llevamos re bien, somos amigos, nos divertimos en el escenario y la pasamos bien. Es un showsazo», comenzó diciendo.
«Además, acabo de terminar de hacer Los ocho escalones con Pampita, que fue una experiencia linda y fueron tres meses que la pasé a full. Sigo con Radio Mitre, que también la voy a hacer desde Mar del Plata ya que mi programa, Polino Auténtico, sigue todos los sábados. Hago móviles, notas y todo desde el Hotel Provincial, donde tengo un set que me arman ahí: bajo y hago todas las notas, que son muchas porque viene gente del interior también a hacer entrevistas y cubrir la temporada», expresó.
Inmediatamente, Marcelo Polino fue por más. «No voy a ningún lado. A la playa nunca, jamás. ¿Por qué? Porque no me gusta el sol. Me hace mal la naturaleza a mí. Siempre fui así. Cuando era chico me llevaba a mi familia, pero ya cuando pude tomar decisiones, no fui más a la playa. No me gusta el sol, no me gusta el aire libre, no me gusta estar en contacto con la naturaleza. Tengo mascota, sí, pero está en mi casa. Era la gata de mi mamá y cuando mi mamá falleció, me quedé con su gata Perlita. Tiene ocho años», aclaró.
«Vivo bien, me mudé hace poco y ahora vivo en un dúplex muy lindo. Sigo en el mismo barrio, a cinco cuadras de donde vivía. Vendí el que tenía porque era muy grande: tenía 200 metros de parque, yo me la paso viajando todo el año y mantener todo eso era un quilombo enorme de personal. Estaba pendiente de que no se sequen los jazmines o las palmeras. Entonces me mudé a un departamento lindo y estoy contento. Las plantas también me gustan, como los animales. Como te decía, estuve muchos años en mi casa anterior, que tenía un parque inmenso pero yo no salía al parque. Lo miraba a través del vidrio de mi casa», reveló.
«Soy así, no me gusta la naturaleza. Aquí en Miami, apenas salí del avión, bajé, me encerré en el hotel, estuve en la habitación todo cerrado, con todas las cortinas cerradas, solo bajé a la entrega del premio y ahora estoy charlando con vos en este desayuno, pero nada más. Vuelvo a la habitación, me encierro y vuelvo a la Argentina. No me gusta la luz del sol. Me hace mal el sol y al no tomar nunca, soy demasiado blanco. Más que nada porque no me gusta el contacto con la naturaleza», sentenció Marcelo Polino.
