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MUNDO

Nicolás Maduro provoca la primera crisis de la era de León XIV al frente de la Iglesia: le confiscó el pasaporte a un cardenal

 

El régimen venezolano retuvo el documento diplomático del cardenal Baltazar Porras en el aeropuerto de Caracas.

 
Maduro

Un grave incidente diplomático sacudió las relaciones entre el Vaticano y Venezuela y se convirtió en la primera crisis internacional que enfrenta el papa León XIV desde el inicio de su pontificado. Hace dos días, autoridades del régimen de Nicolás Maduro le confiscaron el pasaporte diplomático, emitido por la Santa Sede, al cardenal Baltazar Porras, impidiéndole salir del país desde el aeropuerto internacional de Caracas.

El episodio obligó al purpurado, arzobispo emérito de Caracas, a renunciar a su vuelo con destino a España y regresar a su domicilio bajo amenazas de detención. El hecho fue condenado públicamente por la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), que denunció malos tratos y una acción arbitraria por parte del Estado venezolano contra una de las máximas autoridades de la Iglesia católica del país.

Un conflicto diplomático en pleno silencio vaticano

Mientras el régimen chavista evitó dar explicaciones oficiales, en el Vaticano reina un silencio cuidadosamente calculado. Fuentes eclesiásticas reconocieron que el episodio representa una afrenta directa a la Santa Sede, aunque advirtieron que la respuesta no será inmediata.

“Hay que evitar reacciones que no sean bien estimadas. El Papa no puede dejar pasar esta afrenta, pero la respuesta llegará sin apuros ni dilaciones”, explicó un alto monseñor consultado en Roma. Según esa fuente, el conflicto excede el plano personal y afecta directamente a la libertad religiosa y a la inviolabilidad diplomática.

Se trata del primer desafío internacional serio para León XIV, quien asumió este año y heredó una relación tensa entre el Vaticano y Caracas, marcada por los constantes cuestionamientos de la Iglesia venezolana al autoritarismo del régimen.

Qué ocurrió en el aeropuerto de Caracas

De acuerdo con el propio testimonio del cardenal Porras, al presentarse en el aeropuerto con su pasaporte diplomático, un funcionario se lo retiró para verificar la documentación. Al regresar, le informó que el documento “presentaba problemas” y que no podía viajar.

El religioso relató que se le sugirió regresar a Caracas y presentarse ante una oficina gubernamental para “regularizar” la situación. Es decir, sin brindarle ningún respaldo legal ni resolución escrita. Cuando intentó fotografiar el papel que le leían como justificación, fue amenazado con ser detenido, lo que lo obligó a desistir y retirarse del lugar.

Repudio de la Iglesia y de organizaciones de derechos humanos

La Conferencia Episcopal Venezolana expresó su solidaridad con el cardenal y exigió una investigación exhaustiva sobre lo ocurrido. Los obispos advirtieron que el episodio constituye una vulneración grave de los derechos fundamentales y un ataque directo a la misión pastoral de la Iglesia.

En paralelo, una organización de derechos humanos denunció “graves atropellos” y sostuvo que la retención del pasaporte diplomático “compromete seriamente la imagen internacional de Venezuela y evidencia un patrón creciente de arbitrariedad estatal”. El organismo reclamó la restitución inmediata del documento de viaje.

No es la primera vez que Porras sufre restricciones. En octubre pasado, el régimen ya le había impedido trasladarse a Isnotú, en el estado de Trujillo. Cuando buscaba presidir una misa por el natalicio de Gregorio Hernández, el primer santo venezolano.

Un cardenal crítico del régimen

Baltazar Porras fue ordenado cardenal en 2016 por el papa Francisco y se convirtió en una de las voces más críticas del chavismo desde el púlpito. Sus denuncias sobre la crisis humanitaria, la persecución política y la falta de libertades lo colocaron desde hace años en la mira del gobierno de Maduro.

El incidente ocurrió, además, el mismo día en que la líder opositora María Corina Machado recibió el Premio Nobel de la Paz. Un dato que refuerza la lectura política del episodio y la creciente presión internacional sobre el régimen venezolano.

Un mensaje de esperanza en medio del conflicto

En una carta dirigida al episcopado venezolano, el cardenal Porras expresó su dolor y mortificación por lo sucedido. Pero llamó a mantener la esperanza en el marco de la cercanía de la Navidad.

“La fuerza reside en la fragilidad del presente, en la fragilidad de la verdad que se construye en la paz, sin violencia”, escribió. Se trató de en un mensaje que buscó evitar una escalada inmediata, aunque sin resignar la denuncia.

El episodio dejó al descubierto un nuevo frente de conflicto para el régimen de Maduro y abrió un delicado escenario diplomático con el Vaticano. Y que ahora deberá decidir cómo responder a una acción que afecta directamente su autoridad y su representación internacional.

CLEVER