El presidente de la UCR, Leonel Chiarella, reivindicó la figura de Raúl Alfonsín como el principal referente histórico del partido y definió una estrategia política basada en el diálogo, la gestión y el federalismo, en un contexto marcado por la relación con el gobierno de Javier Milei y el reordenamiento del sistema político.
Alfonsín como eje identitario del radicalismo
Al trazar una definición sobre la identidad partidaria, Chiarella fue categórico al señalar que «nuestro líder más importante fue Raúl Alfonsín», a quien describió como un dirigente con coraje democrático y vocación de consenso, capaz de convocar a distintos sectores para consolidar la democracia argentina.
En esa línea, sostuvo que el radicalismo debe recuperar protagonismo desde una construcción política amplia, alejada de los extremos, y apoyada en valores institucionales que —según remarcó— hoy vuelven a ser centrales en el debate público.
Relación con el Gobierno y críticas a Javier Milei
Al referirse al vínculo con el Ejecutivo nacional, el titular de la UCR afirmó que el partido mantendrá una postura de madurez política. Acompañando así las iniciativas que considere positivas, pero marcando diferencias cuando sea necesario frente al gobierno de Javier Milei.
Entre los principales cuestionamientos, Chiarella apuntó a la ausencia de inversión en obra pública, al advertir que no existe desarrollo posible sin infraestructura. En declaraciones periodísticas, alertó sobre el deterioro de rutas clave para la producción. Y sostuvo que el superávit fiscal “no sirve por sí solo” si no se traduce en mejoras concretas para la sociedad.
Gestión territorial y reconstrucción partidaria
El dirigente radical destacó que la UCR gobierna cinco provincias y más de 500 municipios, lo que —según afirmó— le permite exhibir una experiencia concreta de gestión y ofrecer propuestas realistas frente a la crisis económica y social.
Finalmente, reconoció las dificultades internas del partido y la fragmentación parlamentaria. Pero aseguró que la reconstrucción del radicalismo deberá basarse en diálogo interno, trabajo conjunto y una estrategia colectiva, sin descartar futuras alianzas. Aunque aclaró que esa discusión deberá darse de manera orgánica dentro del partido.
