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POLÍTICA

Nueva empresa a punto de quebrar en la era de Javier Milei: 40 familias corren riesgo

 

La compañía, ubicada en Ituzaingó, pasó de tener 180 trabajadores a solo 40. Todos ellos llevan cuatro meses sin cobrar.

 
Javier Milei
Javier Milei replicó datos oficiales sobre la ocupación hotelera del fin de semana largo y destacó cifras récord en Mar del Plata, Tandil y Pinamar.

Ascensores Cóndor atraviesa una crisis inédita y se convierte en una nueva empresa a punto de la quiebra en la era Javier Milei. La histórica del rubro, con más de 50 años de actividad en Argentina, se encuentra al borde del cierre total por el derrumbe de su producción y la falta de pago a sus empleados. La compañía, ubicada en Ituzaingó, pasó de tener 180 trabajadores a solo 40. Todos ellos llevan cuatro meses sin cobrar. La situación fue revelada por los propios delegados en diálogo con C5N, quienes denunciaron que los dueños, Juan Lis Sánchez y Graciela Sánchez, abandonaron la conducción de la planta.

El deterioro se aceleró en los últimos once meses. En ese período, la actividad cayó de manera sostenida. La fábrica llegó a producir apenas un ascensor en meses completos, muy lejos de los 30 equipos mensuales que fabricaba en sus mejores épocas. En ese sentido, los empleados remarcaron que la caída no solo afectó sus salarios, sino también los compromisos con proveedores, bancos y clientes. De esa manera, se generó un escenario que dejó a la empresa sin insumos, sin materiales y sin capacidad operativa.

Según informaron los trabajadores, los reclamos se multiplican cada día. La firma debe alrededor de 200 ascensores pagados que nunca fueron entregados. Los clientes se presentan de manera constante en la planta para exigir respuestas. Sin embargo, se encuentran con una fábrica sin actividad y sin elementos básicos para completar la producción. A esto se suma la acumulación de juicios y la falta de aportes, lo que dejó al personal sin obra social.

En paralelo, los delegados explicaron que mantuvieron numerosas audiencias con el Ministerio de Trabajo. Intentaron llegar a acuerdos y propusieron alternativas para sostener la actividad. No obstante, la administración nunca brindó soluciones concretas. “Sentimos que nos están faltando el respeto al no pagarnos y no dar la cara”, expresó uno de los empleados, que lleva casi una década en la empresa. Bajo ese marco, afirmaron que la situación se volvió insostenible.

Una planta paralizada y un conflicto que se agrava

Tino, uno de los delegados, aseguró que los trabajadores decidieron poner un freno ante la falta de avances. “Hace cuatro meses que no cobramos y llegamos a un punto límite”, afirmó. También denunció que los dueños “se borraron del mapa” y dejaron a la empresa sin conducción. Joaquín, otro empleado, recordó que cuando ingresó al plantel la producción era estable y había un flujo continuo de trabajo. En ese sentido, sostuvo que el deterioro del último año no tiene precedentes.

La reducción de personal fue otro de los golpes más fuertes. La compañía, que en su momento tenía 180 empleados, hoy funciona con una dotación mínima. La mayoría de las áreas operativas están paralizadas. Las máquinas permanecen apagadas. Los talleres no tienen materiales. La fábrica está vacía y sin mantenimiento.

Bajo este contexto crítico, los empleados plantean un único objetivo: lograr un cierre formal y recibir las indemnizaciones correspondientes. Consideran que ya no existen condiciones para continuar la actividad. Tampoco ven posibilidades reales de reactivar la producción. Por eso, reclaman respuestas urgentes y sostienen que seguirán visibilizando el conflicto.