La nueva conducción de River comenzó a despejar dudas puertas adentro y dejó en claro cómo funcionará el área de fútbol profesional en el corto y mediano plazo. Lejos de una reestructuración profunda, el club optó por sostener una lógica ya conocida, aunque con matices que no pasan desapercibidos.
Con Marcelo Gallardo nuevamente como eje deportivo, la idea es sostener un esquema donde el entrenador tenga un rol central en las decisiones futbolísticas. En ese marco, la continuidad de figuras históricas no implica necesariamente un mayor peso en el día a día del mercado de pases.
El lugar que ocuparán Ponzio y Francescoli
Tanto Enzo Francescoli como Leonardo Ponzio seguirán ligados a la secretaría técnica de River, pero con funciones más acotadas. El uruguayo extenderá su contrato, que vencía a fin de año, aunque su rol será principalmente consultivo y en situaciones puntuales.
En el caso de Ponzio, su participación continuará siendo esporádica y sin incidencia directa en las decisiones cotidianas. La intención del club es preservar la estructura sin superponer funciones ni generar dobles comandos en el área de fútbol.
Gallardo y Di Carlo, con el control del fútbol
El peso específico de las definiciones recaerá en Marcelo Gallardo, quien concentrará el mando deportivo, mientras que Stefano Di Carlo encabezará todas las cuestiones institucionales vinculadas al fútbol profesional. Esta dinámica busca agilizar decisiones y evitar interferencias innecesarias.
En el funcionamiento diario aparece también Mariano Barnao, quien seguirá cumpliendo el rol de nexo directo entre el entrenador y el presidente. Esta triangulación es vista como clave para acelerar negociaciones y resolver situaciones sensibles del plantel.
Planificación, pretemporada y señales hacia adelante
Mientras disfruta de unos días de descanso en Punta del Este, Gallardo continúa monitoreando el armado del plantel y los próximos movimientos del mercado. En paralelo, supervisó las instalaciones del Loi Suites de Chapelco, en San Martín de los Andes, lugar que se perfila como sede de la próxima pretemporada.
El mensaje que baja desde la dirigencia es claro: continuidad en las formas, ajustes en los roles y una conducción más concentrada. Sin golpes de timón, River apuesta a un orden definido para encarar un 2026 que aparece como determinante.
