Realmente impactante fue lo que expusieron en Infama, el ciclo conducido por Marcela Tauro para América TV. No solo sorprenden semana a semana con toda la información de lo que sucede en el mundo del espectáculo, sino que además cuentan con los más fuertes testimonios.
En esta oportunidad hablaron con Romina Uhrig, que se animó a confesar el capítulo más oscuro de su vida. Con lágrimas en los ojos la ex participante de Gran Hermano reveló que al salir de la casa más famosa de la televisión argentina la fama generó un alto impacto en ella y cayó en el consumo de sustancias.
En conversación con el notero de Infama, Romina Uhrig abrió su corazón y contó: «Fue una caída, con mucho dolor, el dolor me llevó a hacer cosas que decidí hacerlas públicas porque hay muchas personas que pasan por esto, demostrarles que uno se puede equivocar, pero también se puede salir».
«Cuando salimos de la casa, todos salimos con mucha fama y exposición, uno sabe dónde se mete, pero no se imagina las consecuencias de las cosas que te pueden llegar a inventar. Me metí en el mundo de la noche. Me encontré con muchísima gente y ahí fui muy frágil”, detalló Romina Uhrig sobre aquellas salidas nocturnas que vivió de una forma sumamente intensa.
Parada desde otro lugar, y es que ya se encuentra completamente limpia, Romina Uhrig manifestó: «Hoy estoy bien, gracias a Dios pude salir de esa porquería, te lleva a la felicidad, pero después te queda el vacío». Visiblemente afectada, explicó cómo empezó todo: «Empecé con pastillas, después tomé MDMA (éxtasis), que se le dice, y nunca me animé a probar nada más».
«No quería salir si no tenía eso, buscaba, buscaba y me ponía agresiva porque lo necesitaba», recordó la ex Gran Hermano. «En el momento decís ‘gracias’ porque te invitan cosas. Y todo era alegría, no quería que se terminara más la noche, ya pensaba en el finde siguiente. Tuve depresión y ataques de pánico”, destapó la influencer.
“Me cuido mucho, amo a mis hijas, sé la madre que soy, la amiga, la compañera… Entonces para mí eso fue fuerte y lamentablemente no lo pude manejar. Y es triste, porque siempre me creí fuerte y pasé por otras cosas feas, pero no lo pude manejar. Una amiga me recomendó a su psiquiatra, me vieron muy mal y me medicaron», cerró Romina Uhrig.

