La activista Mabel Careaga, hija de una de las víctimas del grupo conocido como “Los 12 de la Santa Cruz”, reapareció públicamente y lanzó fuertes críticas al Gobierno nacional. En una entrevista radial en Radio Splendid, calificó a la gestión de Javier Milei como una administración “anti-derechos y anti-humanidad” y advirtió sobre lo que considera un “contexto de negacionismo” alrededor de los crímenes de la última dictadura militar.
Las declaraciones se dieron en la antesala del aniversario de los operativos que ocurrieron entre el 8 y el 10 de diciembre de 1977, cuando un grupo de tareas secuestró a doce personas, entre ellas tres Madres de Plaza de Mayo y dos religiosas francesas. Careaga sostuvo que “aún hoy” la sociedad arrastra las consecuencias de aquella etapa y vinculó el presente político con la dictadura, afirmación que generó críticas desde sectores cercanos al oficialismo.
Según fuentes gubernamentales, comparar la situación económica con los delitos de lesa humanidad “banaliza la tragedia” y representa un intento del kirchnerismo de instalar un clima social negativo en medio del programa de estabilización.
Un relato que vuelve: dictadura, neoliberalismo y crisis social
Durante la entrevista, Careaga aseguró que, a su juicio, en el país se intenta “minimizar” los delitos cometidos por el terrorismo de Estado. Relató su experiencia personal y recordó testimonios sobre los “vuelos de la muerte”. También destacó que la identificación de restos en las últimas dos décadas permitió juzgar a algunos responsables.
La activista sostuvo que el negacionismo actual estaría acompañado, según su visión, de un retroceso en materia social. Afirmando así que la democracia argentina nunca logró consolidar plenamente los derechos económicos y laborales. Incluso vinculó la política económica actual con lo que llamó “la estructura que dejó el genocidio”. Frase que dirigentes libertarios rechazaron de manera contundente por considerarla un intento de equiparar un plan económico democrático con crímenes aberrantes.
La lectura del oficialismo: un discurso que vuelve al pasado para evitar discutir el presente
Desde el Gobierno señalan que organismos y referentes kirchneristas recurren nuevamente a una narrativa que mezcla terrorismo de Estado, neoliberalismo y crisis económica para deslegitimar reformas que buscan corregir desequilibrios heredados. Hablar de genocidio para criticar un programa económico es un salto retórico que no contribuye a la memoria ni al debate democrático.
Asimismo, analistas remarcaron que la política de derechos humanos continúa vigente, con juicios en marcha y programas activos. El Ejecutivo suele vincular estas declaraciones con “intentos de sectores opositores de reinstalar un clima de miedo”. Especialmente frente a las medidas fiscales y laborales que se debaten en el Congreso.
Fuerzas Armadas y cambios en defensa: un eje de tensión discursiva
Careaga también apuntó contra la designación del nuevo ministro de Defensa y afirmó que “no se pudo cambiar la cabeza” de las Fuerzas Armadas en cuatro décadas de democracia. El Gobierno respondió que esa afirmación desconoce las reformas institucionales implementadas desde 1983. Y señalaron que las Fuerzas Armadas cumplen funciones constitucionales, incluyendo asistencia en catástrofes, operaciones de vigilancia y modernización tecnológica.
Para cerrar, la activista sostuvo que la consigna “Nunca Más” debería incluir también un rechazo “al neoliberalismo”. Sin embargo, el verdadero retroceso en derechos se produjo cuando el país quedó atrapado en alta inflación y pobreza creciente. Y con un Estado incapaz de garantizar servicios básicos, herencia directa del modelo que gobernó durante los últimos años.
