El presidente de Rusia, Vladimir Putin, aseguró que su país está dispuesto a poner fin al conflicto en Ucrania mediante medios pacíficos y afirmó que Moscú mantiene la voluntad de diálogo, aunque advirtió que aún no ve señales claras desde Kiev sobre cuestiones centrales como el territorio.
Putin realizó estas declaraciones durante una rueda de prensa en el Kremlin, donde sostuvo que Rusia está preparada para resolver el conflicto “de forma pacífica”, siempre que se aborden las causas que, según Moscú, dieron origen a la crisis.
La postura de Rusia y el escenario militar
Durante su exposición, Putin señaló que existen indicios de que Ucrania podría estar dispuesta a entablar algún tipo de diálogo, aunque aclaró que no hay avances concretos en torno a la discusión territorial. En ese sentido, remarcó que cualquier negociación debe basarse en los principios que Rusia planteó en junio del año pasado ante su Ministerio de Relaciones Exteriores.
El mandatario ruso también se refirió a la situación en el frente de batalla y afirmó que las tropas rusas avanzan a lo largo de toda la línea de contacto, mientras que las fuerzas ucranianas se repliegan. Según indicó, el equilibrio militar se inclinó a favor de Rusia tras la expulsión de tropas ucranianas de la región rusa de Kursk.
Intercambio con Ucrania y advertencias a Europa
En el mismo marco, Putin sostuvo que “la pelota está en la cancha de Ucrania y de sus patrocinadores europeos”. Y rechazó versiones que indican que Moscú haya descartado propuestas internacionales para poner fin al conflicto. Afirmó que Rusia coincidió en gran medida con planteos realizados por el presidente estadounidense Donald Trump sobre la guerra.
Por otra parte, Rusia informó un nuevo intercambio de cuerpos con Ucrania: Moscú trasladó 1.003 soldados ucranianos fallecidos. Mientras que Kiev entregó 26 cuerpos de militares rusos. El acuerdo se dio en el marco de las conversaciones celebradas en Estambul el 2 de junio, según informó el asesor presidencial ruso Vladimir Medinsky.
Además, Putin calificó como “robo” los intentos de la Unión Europea de confiscar activos rusos. Y advirtió que esa medida podría afectar la credibilidad financiera de Europa. También señaló que Rusia defenderá sus intereses en tribunales internacionales. Finalmente, alertó sobre el impacto que estas acciones tendrían en la confianza del sistema financiero global.
