Lejos de los flashes de los grandes eventos y del ruido mediático que suele rodearla, Wanda Nara eligió mostrar otra faceta de su verano en Punta del Este. Esta vez, la empresaria y conductora fue vista disfrutando de una tarde distendida junto a Martín Migueles, en una de las playas más tranquilas del balneario uruguayo. Las imágenes, captadas al caer el sol en la zona de La Bonita, construyen una postal que combina romance, familia y cotidianeidad.
Las fotos de Wanda Nara en Punta del Este
Acompañados por los hijos y un pequeño grupo de amigos, Wanda y Martín bajaron a la playa desde la casa que la conductora tiene frente al mar. Nada de producciones ni poses estudiadas: bikini, mate en mano y pies descalzos sobre la arena. En varias de las fotos se los ve sentados muy cerca, compartiendo risas, miradas cómplices y besos que no pasaron inadvertidos. La escena, simple y natural, contrastó con los rumores que circularon en los días previos sobre una supuesta crisis en la pareja.
Mientras los adultos charlaban, los chicos se repartían entre los clásicos juegos de playa. Las nenas se entretenían haciendo pocitos en la arena, concentradas en su mundo, mientras los varones pateaban una pelota cerca de la orilla. Entre ellos también estaban hijos de amigos cercanos de la familia, lo que reforzó el clima de confianza y armonía. El sonido del mar y la caída lenta del sol completaron una escena casi doméstica, lejos del glamour habitual que rodea a Wanda.
La empresaria lució una bikini animal print, combinada con una falda tejida y un pañuelo en la cabeza, mientras Migueles se mostró relajado, atento a los chicos y siempre cerca de ella. Hubo mates compartidos, charlas tranquilas y hasta un abrigo improvisado cuando empezó a bajar la temperatura. Todo fluyó sin apuros, como una pareja que se permite bajar un cambio.
El contexto también explica el tono sereno de estas imágenes. Horas antes, Wanda Nara había hecho un viaje exprés a Buenos Aires para reencontrarse con sus hijas y regresar rápidamente a Uruguay. Aun así, priorizó ese rato de calma frente al mar, antes de retomar una agenda cargada de compromisos sociales y familiares para el cierre del año.
