Yanina Latorre vivió una noche cargada de emoción al despedirse de LAM, el ciclo que marcó su consolidación como figura mediática durante los últimos diez años. La periodista cerró esta etapa rodeada de afecto, con la presencia de su familia y amigas, en una transmisión atravesada por recuerdos, agradecimientos y confesiones personales.
La emoción en la despedida de Yanina Latorre
El momento más íntimo llegó de la mano de sus hijos. La primera en hablar fue Lola Latorre, quien expresó su orgullo por el camino recorrido por su madre. “Te amo y te voy a acompañar siempre en todos tus proyectos. Cuando se cierra algo, se abren un montón de otras cosas”, dijo. Con palabras maduras y afectuosas, destacó la evolución de Yanina tanto en lo profesional como en lo personal y remarcó: “Me pone muy contenta y orgullosa por vos”.
Durante la charla, Yanina reflexionó sobre cómo logró equilibrar su carrera con la maternidad. Recordó que cuando comenzó en LAM, Lola tenía 15 años y Dieguito apenas 12. “Ahora son dos adultos. Una de 25 y el otro de 22”, señaló con emoción, dando cuenta del paso del tiempo y de las transformaciones vividas en paralelo al crecimiento del programa.
Diego Latorre también tomó la palabra y conmovió al estudio al destacar la dedicación de su esposa al periodismo. “La admiro porque veo cómo se informa, cómo indaga, cómo trabaja. Ojalá todos le dedicáramos el 20% del tiempo que ella le dedica a su profesión”, expresó. Además, subrayó que Yanina no solo busca la información, sino que muchas veces son las fuentes las que la buscan a ella, como reflejo de su credibilidad y trayectoria.
El testimonio de Dieguito, más breve pero sincero, resumió su apoyo con una frase simple: “La amo y que sea feliz”. Reconoció que la exposición mediática de su madre ya no le pesa como antes y que hoy la acompaña desde otro lugar.
La despedida también tuvo espacio para el humor, con cruces cómplices entre Yanina y Lola, y comentarios distendidos de Ángel de Brito. Finalmente, Maite, la hermana de la periodista, aportó una mirada familiar y emotiva, recordando la infancia compartida y el esfuerzo que llevó a Yanina a ocupar un lugar destacado en los medios.
