El día lunes, el Instituto Malbrán detectó el primer caso de variante Ómicron sublinaje BA.2 en el país. Se trata de un paciente de 62 años, que reside en la ciudad de Buenos Aires, que volvió el 12 de enero de Uruguay y dos días después comenzó a presentar síntomas compatibles con la enfermedad. Ante esta nueva mutación, las autoridades sanitarias se encargaron de brindar más información sobre el coronavirus en Argentina y, específicamente, sobre esta mutación todavía bastante novedosa a nivel mundial.
El paciente confirmado cursó la enfermedad de manera leve y no tuvo mayores dificultades. Sus contactos estrechos, entre ellos su esposa, tampoco presentaron complicaciones. Según el Ministerio de Salud de la Nación, el primer aislamiento de la nueva variante Ómicron fue reportado el 11 de noviembre en Botswana. Cabe destacar que, de los 54 estados soberanos africanos, solo 20 tienen un 10% de su población con el esquema de vacunación completo.
Situación epidemiológica mundial
Actualmente, la situación epidemiológica global se caracteriza por un predominio de la variante Ómicron, en paralelo a una disminución continua en la prevalencia de la variante Delta y una muy baja circulación de las variantes Alpha, Beta y Gamma. En la nueva mutación, si bien está siendo investigada, ya se detectó una mayor tasa de crecimiento que otros sublinajes de Ómicron.
No obstante, datos preliminares provenientes de estudios realizados en Reino Unido no hallaron diferencias entre la efectividad frente a enfermedad sintomática de la vacunación con esquema completo más dosis de refuerzo entre los sublinajes BA.1 y BA.2. Esto quiere decir que la vacunación sigue siendo el mejor método para combatir el coronavirus y sus variantes.
Síntomas
Aunque ya se convirtió en la cepa dominante de India y ya abarca un 50% de la población infectada de Dinamarca, los síntomas no varían mucho de la variante original (BA.1). Los más característicos son fiebre o escalofríos, tos, falta de aire o dificultad para respirar, dolores musculares, dolor de cabeza, dolor de garganta, congestión o secreción nasal, náuseas o vómitos, y diarrea. Además, acorde a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, se detectaron pérdidas del gusto y del olfato en varios pacientes.
