El acuerdo entre Alberto Fernández y China, denominado “Franja y Ruta de la Seda”, es un negocio que tendrá a las dos naciones con su tajada. Por el lado nacional se busca la inversión y que el país asiático desembolse los 23 mil millones de dólares. La potencia comunista consiguió tener un aliado más para mejorar su posición a nivel mundial. A pesar del gran negocio, parece que no se debatió sobre la pesca ilegal en los mares argentinos.
Alberto Fernández comunicó un entendimiento con China que ayudaría al país a que ingresen inversiones. Aunque todavía no se sabe con claridad qué dice el memorando de entendimiento, dieron a entender desde Casa Rosada que es un gran acuerdo. Sin embargo no se hizo mención sobre la sobrepesca por parte de la potencia asiática en el océano Atlántico.
El mandatario argentino tuvo el humor de decirle a Xi Jinping que si hubiera nacido en Argentina «sería peronista», pero no tuvo el mismo coraje para enfrentarlo y pedirle que cese con la pesca ilegal en los mares nacionales. Al parecer Argentina está dispuesta a aceptar cualquier tipo de condicionamientos de China con tal de seguir manteniendo un socio económico y ahora un inversor multimillonario.
El 28 de enero del corriente año, el edificio de la Armada informó que se detectaron unos 431 barcos extranjeros. La posición de los buques era en la milla 201, a la altura de Comodoro Rivadavia. El lugar es apenas fuera de la Zona Económica Exclusiva dónde solo Argentina puede explotar los recursos marítimos. Aunque el patrullaje en las aguas nacionales es constante no han detenido ningún barco.
El 80% de los barcos dedicados a la pesca detectados son chinos. El resto se lo dividen entre España, Corea del Sur y en menor medida Portugal. El accionar de éstos buques es entrar y salir de la zona ilegal para no ser atrapados por la Armada Argentina. En el caso de los pesqueros chinos, cuentan con el apoyo del Partido Comunista Chino. A pesar de que Alberto Fernández tuvo la posibilidad de entrevistarse con el presidente del gigante asiático, no fue capaz de pedirle que retire sus barcos de las aguas nacionales.