En medio del escándalo por la Causa Vialidad, que tiene como principales involucrados a Cristina Fernández de Kirchner y Lázaro Báez, el Gobierno de Alberto Fernández autorizó la construcción del gasoducto Néstor Kirchner, una copia casi exacta de un proyecto macrista que quedó trunco hace casi 4 años. No obstante, eso no es lo más llamativo de todo; los millonarios costos de la obra no solo pasarán a ser respaldados por Nación, sino que serán mucho más elevados que lo que propuso el presupuesto inicial.
El periodista Ignacio Montes de Oca inició por Twitter una explicación detallada sobre las idas y vueltas del proyecto, y cómo una idea presentada por el actual gobierno, en realidad, “es un afano en doble sentido”. Como si fuera poco, las negociaciones con el presidente de China, Xi Jinping, el costo de la obra se multiplicó para satisfacer las demandas de las empresas del país oriental que estarán a cargo de su construcción.
Proyecto inicial
“La idea de un nuevo gasoducto desde Vaca Muerta nació en 2018. El costo del Tramo I de 590 km era de U$S800 millones, cubriendo la distancia desde Tratayén (Neuquen) a Salliqueló/San Jerónimo (Buenos Aires). La 2° etapa llegaría al AMBA y conectaría con el Litoral”. “La inversión total iba a ser de 2.000 millones financiados con 400 millones pagados por el estado nacional, 200 millones de un crédito de la OPIC (Overseas Private Investment Corporation, agencia del gobierno de EEUU) y el resto sería aportado por el ganador de la licitación”, explicó el periodista.
Las empresas ya estaban y los tiempos de construcción también, pero poco después empezaron las postergaciones del proyecto. “La idea era licitar en marzo de 2019, pero por el agregado de un tramo entre Mercedes y Cardales, se postergó tres meses. Finalmente, el decreto 465 del 5 de julio de 2019 estableció las bases y acudieron al llamado a licitación un grupo de empresas locales y extranjeras”.
Sin embargo, las elecciones presidenciales perjudicaron a Mauricio Macri y, con esto, la obra que marcaría un antes y un después en la producción y distribución de gas natural. “La licitación se postergó otra vez en noviembre por el resultado de las elecciones de octubre, para que el nuevo gobierno licitara en marzo de 2020. Cuando Beto [Alberto Fernández] llegó al sillón de Rivadavia y nombró a Darío Martínez como Secretario de Energía, la obra se pateó para al 30 de diciembre”.
Las trabas y la apropiación de una idea
A partir de allí, iniciaron las trabas políticas y burocráticas. “El 30 de diciembre de 2020 el Secretario canceló todo mediante la Resolución 448 que anulaba la Resolución 437 firmada por su antecesor Gustavo Lopetegui, la que habilitaba el avance en la obra. Se argumentaron costos excesivos y falta de financiamiento”, es decir, se anulaba la idea inicial y el gasoducto quedaba sin efecto.
Pero no pasó un año que el nuevo oficialismo anunció, con bombos y platillos, la construcción del gasoducto Néstor Kirchner, llamativamente similar al cancelado el año pasado. “En noviembre de 2021 se anunció la creación del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner que seguía la misma traza, usaba los mismos estudios, planos y copiaba las especificaciones del que había desechado en diciembre de 2020 el mismo gobierno”.
Multiplicación de los costos
La idea no fue la única que el Gobierno se adjudicó como propia y modificó para beneficio propio. Con el viaje del presidente a China y con otros intereses de por medio, los costos de la obra se elevaron casi el doble o más. “El Tramo I pasó de costar 800 a 1.566 millones de dólares. Un poco es atribuible a que el costo financiero se fue al diablo y otro poco porque el nombre del ex presidente merece un homenaje apropiado. El Tramo II pasó de 900 a 1.575 millones”, expuso Montes de Oca.
“El costo total en 2018 era de 2.000 millones de dólares. Ahora se agregaron obras por 579 millones hacia el norte y Brasil. De repente, el costo final trepó a 3.471 millones ¡doble o nada! gritaron mientras escribían “Néstor” en el antiguo proyecto. 579 + 2.000 no es 3.471”, como si fuera poco, también cargó USD 1572 millones al contribuyente entre el impuesto a las grandes fortunas y otras cuentas. El ente estatal IEASA será el encargado del proyecto, pese a que el Estado necesita bajar el déficit fiscal.
El papel de China en la construcción del gasoducto
Ahora China, la nación que solicitó postergar la construcción por los resultados de las PASO 2017, es la que impulsa el proyecto. “El gasoducto “Ahora Néstor” entró en el paquete de ayuda pactado por Beto en su gira por China y las empresas de esa nacionalidad se harán cargo de la etapa II. Sí, las que frenaron el proyecto en 2019. Es la ruta de la “ceda el lugar a nuestras compañías”.
“Falta conseguir 1.892 millones de dólares para financiar el proyecto hasta 2023. ‘Que suerte que están los amigos chinos’ dice Beto postrándose en una reverencia. Hay dos modos de pagarles: se crea deuda externa o se les termina dando la explotación del gasoducto”, detalló el periodista.
Mientras tanto, Argentina no solo sigue importando gas desde Bolivia, sino que lo hace con un barco gasificador, para el cual gastan USD 12 millones. Para recuperar los gastos de la inversión, se necesitarán, como mínimo, 5 años, pero hay que tener en cuenta los intereses de las empresas chinas en el proyecto y la tajada que sacarán a partir del proyecto.