Desde el inicio de la invasión de Rusia a Ucrania el pasado 24 de febrero, Occidente avanzó en múltiples sanciones económicas a Moscú. Sin embargo, hasta el momento no había medidas de peso contra uno de los principales recursos que tiene Vladimir Putin para alimentar las arcas: el petróleo. Finalmente, Estados Unidos anunció esta mañana que no le comprará más el crudo y empresas de combustible empiezan a irse de suelo ruso.
Si bien aún no se oficializó, se conoció que en las próximas horas el presidente estadounidense Joe Biden anunciará la prohibición a las importaciones de energía rusa. De este modo, EE.UU dejará de comprar a Moscú el petróleo, el gas natural licuado y el carbón. Esta era una de las medidas que exigía Ucrania para dar un golpe artero a las arcas de Putin ya que le cortaría un importante grifo de ingresos.
El último domingo, la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos dijo que se estaba «explorando» una legislación de emergencia para prohibir la importación de petróleo ruso. Además, la medida contemplaría una ayuda de 10.000 millones de dólares para Ucrania. Sobre esto aún no hay información certera aunque podría aclararse en la conferencia que dará Biden para oficializar la decisión.
El Reino Unido sigue el mismo camino
Según informó Reuters, eEl gobierno británico anunciará un plan donde explicará cómo pretende reducir las importaciones rusas de petróleo y gas con el tiempo, dijo el reportero Alex Wickham en Twitter. El primer ministro británico, Boris Johnson, dijo el lunes que el mundo no puede simplemente dejar de usar estos recursos de Moscú, sino que puede acelerar la transición para dejarlo.
El presidente ucraniano Vodolomir Zelenski dijo en las últimas horas que «si la invasión continúa y Rusia no abandona sus planes contra Ucrania, entonces se necesita un nuevo paquete de sanciones». En el mismo sentido, instó a Washington y sus aliados de la Unión Europea (UE) a «un boicot a las exportaciones rusas, en particular el rechazo del crudo y los productos derivados del petróleo».
Hasta el momento, el gas y el petróleo ruso habían quedado afuera de las sanciones introducidas por Estados Unidos y los países europeos, debido a la preocupación por el impacto económico, especialmente en el Viejo Continente. Europa depende de Moscú para el crudo y el gas natural, por lo que países como Alemania y los Países Bajos no se mostraron en favor del planteo de Kiev.
Shell se va de Rusia
En consonancia con el anuncio de EE.UU, la empresa anglo-holandesa Shell anunció que dejará de comprar gas y petróleo de Moscú. Además, confirmó que cerrará todas sus estaciones de servicios a lo largo del país euroasiático. «Shell anuncia su intención de retirarse de su implicación en todos los hidrocarburos rusos, incluidos el crudo, los productos derivados del petróleo, el gas y el gas natural licuado, de manera gradual, alineada con las pautas del Gobierno (británico)», argumentó la empresa.
De este modo, como primera medida inmediata interrumpirá la compra al contado de crudo y cerrará todas sus estaciones de servicio. Además, abandonará todos los proyectos conjuntos que tiene con el gigante ruso Gazprom, al tiempo que renuncia a todas las acciones que tenían en proyectos energéticos en suelo ruso.
De este modo, Estados Unidos y sus aliados profundizan sus sanciones económicas-financieras para golpear a Putin y aislar al Kremlin del mundo. No obstante, China se abre paso como un posible salvoconducto para la lesionada economía rusa aunque el daño de Occidente a las arcas ya es una realidad irreparable.