Hoy las protestas se hicieron presentes nuevamente en el centro de la ciudad de Buenos Aires y en esta oportunidad tuvieron lugar en el Puente Pueyrredón en el ingreso a CABA y también en la avenida 9 de Julio en donde distintas organizaciones realizan un acampe frente al Ministerio de Desarrollo que ya lleva más de 30 horas. En ese marco, el periodista Luis Novaresio mantuvo un fuerte cruce con Eduardo Belliboni, dirigente del Polo Obrero y participante de las manifestaciones.
Esta mañana en diálogo con LN+, Belliboni fue contudente y sostuvo que «nuestro reclamo es que no podemos pagar la crisis del país los que trabajamos». Es por eso, que adelantó que «vamos a marchar al Ministerio de Trabajo» y precisó que «el primer reclamo que tenemos es que el salario mínimo no puede estar en 33.000 pesos». Sin quedarse callado en referencia al Convenio del Salario que se llevará a cabo este miércoles, indicó que «los que van a discutir el salario mínimo hoy son la CGT, la CTA y los movimientos sociales oficialistas que tienen oficina acá arriba» en una clara alusión a la cartera dirigida por Juan Zabaleta.
«Van a pedir un aumento que ellos no van a recibir porque cobran salarios altísimos», afirmó y remarcó que «viven en grandes mansiones y no como todos los que estamos acá que vivimos en barrios populares». En esa linea agregó que «el segundo reclamo es trabajo genuino» y apuntando directamente contra Claudio Moroni, aseguró que «el ministro dice que necesitamos herramientas, pero nosotros no necesitamos herramientas porque ya las tenemos».
«Se lo presentamos en un plan», subrayó y en una clara crítica a la gestión de Alberto Fernández, aseveró que «este Gobierno no tiene la idea de abrir trabajo». «En esa emergencia, pedimos que se atienda la situación social de miles de compañeros», marcó y aclaró que «no pedimos más planes, como se dice por ahí. Lo que pedimos es que se atienda la emergencia social. Primero la de los comedores porque estamos atendiendo a muchos chicos y a muchos jubilados con polenta todos los días, lamentablemente», sostuvo.
«Emergencia que se agrava con una inflación que se está llevando puestos los salarios», advirtió. En ese momento, Luis Novaresio tomó la palabra y le dijo: «Comparto que 33.000 pesos de salario es una verguenza, que también lo son los montos de las jubilaciones y la desocupación y el nivel de inflación que tenemos. Pero, para reclamar esto, ¿hay que complicarle la vida a los conciudadanos que intentan simplemente desplazarse por la Ciudad?, ¿no hay otro modo, que no sea con un piquete o un corte».
«Los funcionarios no van a los barrios populares»
«Sí, es verdad, esto molesta el tránsito y molesta a mucha gente que se tiene que desviar. Estamos de acuerdo en eso», reconoció el dirigente y subrayó: «Si nos quedamos en los barrios sin luz, sin agua, sin trabajo y sin comida, ¿nos escuchan los Gobiernos?». En una increpación directa al conductor, le preguntó: «¿Usted vio que eso haya ocurrido alguna vez en los últimos 30 años?».
Pero Novaresio se mantuvo firme en su postura y le retrucó. «¿Usted cree que Moroni …?, no les importa nada porque andan con choferes por todos lados». Por lo tanto, le recriminó que «le complican la vida al laburante que está intentando llegar a su trabajo». Sin embargo, el piquetero no se movió de su posición e hizo hincapié en que «a tal punto nos escuchan que el Gobierno hoy anunció un bono por única vez de 6.000 pesos después de que hicimos esto». «Así que nos escuchan, nos escuchan muy bien», insistió.
Sin embargo, indicó que «es cierto que a veces tienen estas reacciones miserables que no alcanzan» y aseguró que «el ministro Moroni nos escucha, nos ve, el Gobierno nos ve». En ese punto, reforzó la idea de que sino llevan adelante este tipo de protestas son «invisibles» y ahí sí las autoridades no los registran. «Sino estamos acá en el centro no nos ven porque los funcionarios no van a los barrios», señaló y recalcó que «acá estamos frente a las oficinas de ellos, acá nos ven».
En esa parte de la charla, intervino el periodista, Franciso Olivera y le dijo: «Eduardo, la gente que viaja en el Metrobus no vive en mansiones, ¿no pueden aunque sea dejar libre esa parte». Fue en ese momento cuando la actitud del entrevistado cambió y en un tono de voz elevado, afirmó que «ya lo sé, ya lo sé, me lo dijeron 20 veces a eso» y enojado indicó que «ya sé que no viven en mansiones, hablemos de cosas en serio».
«¿Qué quiere que me quede en el barrio, qué quiere que le diga?», manifestó visiblemente ofuscado y aclaró que «ya sé que es un perjuicio, pero acá hay tanta gente que no es un problema de liberar el Metrobus». «No es un problema de capricho», afirmó. En ese punto, Luis Novaresio retomó el control de la conversación e insistió: «Ya sé que se lo dijimos 20 veces, va la 21, ¿no sienten que tienen que liberar el Metrobus?»
«Si su cronista lo ve, la calle Yrigoyen y la calle Lima están liberadas», precisó Belliboni a lo que el conductor le marcó que «a buena hora, ¿o le tenemos que pedir permiso para circular?». Ante lo que el dirigente, le dijo: «Escucheme, escucheme » y adelantó que «podríamos cortar todas las avenidas transversales y eso sería mucho peor». «¿Ahora me escucha usted a mí?», le marcó el comunicador y añadió que «le tengo una mala noticia. Usted no puede disponer qué avenida está abierta y qué avenida está cerrada».
El contudente reproche de Luis Novaresio a Belliboni: «Eso se llama autoritarismo en cualquier lugar del mundo»
«Eso se llama autoritarismo», aseveró y sostuvo que «eso en cualquier lugar del mundo se llama autoritarismo». «No, no», dijo indignado el entrevistado y le refutó, «si usted me escucha ahora a mí, se llama crisis social que sigue creciendo» porque «este Gobierno es un desastre». En consecuencia, alertó que «no nos van a tener solo a nosotros, van a tener también a los trabajadores estatales que van a echar, a los médicos a los que no les van a aumentar los sueldos» y resaltó que «van a tener un conflicto social enorme».
Es por eso, que «lo que hay en Argentina es un conflicto social, no el autoritarismo de una persona o de un grupo de personas», afirmó, pero Novaresio le dijo que «si bien coincido con usted en que la crisis es gravísima y este es un Gobierno inoperante, usted el castigo no se lo está haciendo al Gobierno, se lo está haciendo al par, a la persona que tiene la suerte de tener por ahí un laburo un poco más o menos digno».
«Entonces siento que lo que están haciendo es complicarle la vida a los congéneres que piensan lo mismo y no pueden llegar a sus trabajos», remarcó y señaló: «Pequeño detalle». «Nuestra intención no es castigar al congénere de ninguna manera», aseguró el integrante del Polo Obrero y agregó que «además le digo que hoy el que tiene trabajo con esta crisis política y económica mundial, probablemente va a perderlo». «Y entonces, lo van a tener acá», anticipó.
Al ser consultado sobre el anuncio del Gobierno respecto de que los planes sociales se convertirían en planes sociales, el dirigente ironizó y sostuvo que «Alberto Fernández parece un mago, ningún plan se va a convertir en trabajo y mucha gente va a reclamarle más planes porque se va a quedar sin trabajo». «Eso no se resuelve por un decreto», criticó y añadió que «se resuelve con desarrollo económico». «Es por eso, que tenemos que hablar de esas cuestiones y no de los problemas del tránsito», se quejó.
Ante lo cual, Olivera le dijo que compartía los problemas que posee el país, pero a su vez le marcó que «entonces, van a tener que cortar el tránsito día por medio» . «No es posible eso y no es nuestra intención tampoco», aseveró el piquetero y puso el foco en que «nosotros queremos que se abra una discusión en la Argentina respecto a si se puede vivir con un salario de 33.000 pesos».
«Yo insisto, no hablemos del tránsito como un tema menor porque no lo es. Hay mucha gente que labura y esto le complica la vida», insistió Novaresio y en consecuencia, le preguntó: «¿Hasta cuándo van a estar ahí?». «Yo también laburo, todos los que están acá laburan», le respondió Belliboni en un tono de voz mucho más alto y le reprochó: «Si usted me va a ofender y me va a tratar de vago como acaba de hacer, se termina la entrevista y haga lo quiera».
«¿Y quién le dijo que no?», le retruco el conductor, pero el entrevistado se sacó el micrófono de una manera rápida y muy enojado abandonó la entrevista. «Bueno, un clásico del autoritarismo», asevero Novaresio y precisó que «primero te dice cuáles son las avenidas por las que podés circular y después decide que vos le dijiste tal cosa porque no tiene más argumentos». «Cuando vos no tenés más argumentos reaccionás así», concluyó.