Flavio, dueño de una pastería del barrio porteño de Devoto, manifestó que desde el 25 de febrero la harina y el semolin que recibe de sus proveedores aumentó un 100%. Esto obligó al emprendedor a incrementar automáticamente en un 10% la lista de todos sus precios. La inflación local se suma a los impactos económicos del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.
«Fueron duros los últimos meses. Nosotros subimos la semana pasada toda una lista de precios aproximadamente en un 10%. Es una consecuencia inevitable por el aumento del semolin y la harina, porque desde el 25 de febrero ambos elementos subieron un 100%. Los lácteos también subieron», indicó el dueño en una entrevista para Todo Noticias.
«Hay insumos que son fundamentales en este tipo de productos (pastas). Esto fue llamativo y no suele suceder. No tenemos idea de cuál fue el motivo, algunos dicen que fue por la guerra», remarcó Flavio. Desde el Gobierno nacional reconocieron que el conflicto de Europa afectará algunos insumos de los alimentos y también a la energía como petróleo y gas.
«La plancha de ravioles está 400 pesos. El kilo de fideos te sale $790 y rinde para 5 personas, pero nosotros tratamos de evitar los aumentos y subimos solo un 10%», señaló el emprendedor. Mientras tanto, los clientes se acercan al local con ciertos enojos que los vendedores deben apaciguar. En ese sentido, pidió más empatía a la sociedad.
«Yo veo a la gente resignada. Algunos se enojan con nosotros como si fuéramos los formadores de precios», sostuvo Flavio, mientras las cámaras mostraban algunos precios de las prepizzas caseras. La más chica costaba $130 y la grande de ocho porciones $240. Por ahora, el Gobierno planea una batería de medidas económicas para frenar las subas en la harina.